domingo, 23 de diciembre de 2018

A Winter's Night


Pintura de Ansenthar


                                                         fire 
                                                         -pinchar-

jueves, 13 de diciembre de 2018

El mayor premio es compartirlo





 No puedo evitarlo. Me gusta la Navidad. Y me gustan los anuncios de la Lotería de Navidad porque hablan de la bondad natural del ser humano. Luego siempre aparecen las parodias; a la gente le cuesta creer que estas cosas sean o pasen y, mejor que llorar, pues nos echamos unas risas a nuestra costa
o...a costa ajena. Pero pasan y son. Doy fe. En este mundo y en el humano
pasa...de todo.


                                                                RSB


domingo, 2 de diciembre de 2018

I Cried For You




 La pseudo-solución de la máscara suele estar basada en la distorsión de alguno de los tres principios divinos de Amor, Poder y Serenidad. En el estado unificado estos tres principios operan en armonía. Pero hundidos en la dualidad y en la ignorancia, tendemos a verlos como si estuvieran opuestos uno al otro. Inconscientemente escogemos uno para imitarlo con la intención de parecer perfectos, perfectamente amorosos, completamente poderosos o absolutamente serenos.
 Sin embargo, dado que estamos tratando de crear una perfección impenetrable e invulnerable como defensa en contra de las vulnerables imperfecciones de la vida humana, estos atributos se convierten en sus respectivas distorsiones. El amor se convierte en dependencia y sumisión, el poder se convierte en control y agresión y la serenidad se transforma en retraimiento.


 1) La máscara de amor

 La máscara de amor es un intento de obtener amor de los demás aparentando ser amorosos. La personalidad se vuelve sumisa, dependiente, tranquilizadora y negadora de sí misma con la esperanza de garantizar, controlar y comprar el amor y la aprobación de los demás. La falsa creencia de esta máscara consiste en que debe ser amada a toda costa y por lo tanto la personalidad se hace más débil, desamparada o sumisa de lo que en realidad es. Se piensa que la seguridad y la autoestima estriban en asegurar y poseer el amor y la aprobación de los demás.

 (...) Una máscara del ser como ésta se somete a las exigencias reales o imaginarias de los demás con el fin de recibir su aprobación, simpatía, ayuda y amor. Una persona así puede usar su sumisión como arma para crear un sentimiento de culpa en los demás a fin de forzarlos a darle protección y cuidados. O bien puede usar su máscar de virtud para sentirse superior y despreciar a los demás.

 (...) Como resultado de semejante autolimitación inconsciente, surge un gran resentimiento y amargura en la personalidad. Se culpa a los demás por la insatisfacción y el resentimiento secreto en contra de los otros crea un doble ocultamiento. A fin de mantenerse "verdadero" ante la imagen idealizada de sí mismo, tiene que suprimir su resentimiento y amargura, al mismo tiempo que esconde sus imperfecciones originales (y sus fuerzas). La máscara de amor tiene que cargar con una doble culpa. Se siente culpable en relación con sus defectos reales y luego añade la culpa de tratar de ser más amoroso o agradable de lo que en realidad es. Este tipo de clima interior es incapaz de generar amor auténtico, el cual sólo puede existir en una atmósfera abierta, espontánea y libre de culpas. Con el fin de revivir la capacidad para el amor verdadero, la persona tiene que admitir sus sentimientos negativos, incluyendo el resentimiento y la amargura,y aprender a asumir su responsabilidad tanto por sus necesidades como por sus limitaciones.

 2) La máscara de poder

 La máscara de poder es un intento por controlar la vida y a los demás dando siempre la apariencia de ser completamente independiente, agresivo, competente y dominante. Reduciendo de manera falaz toda la vida a una lucha por alcanzar el dominio, la máscara de poder trata de escapar de la vulnerabilidad experimentada en la infancia. La seguridad y la autoestima dependen de ser el ganador en todas las situaciones liberándose de las necesidades y debilidades humanas. Se idealiza la búsqueda de poder y se rechazan el amor y el contacto.
 La negación de la necesidad real de calidez, comodidad, afecto, cuidados y comunicación, produce una actividad frenética, una incapacidad para relajarse y aceptar la vida tal cual es. Tiende hacia una visión pesimista y cínica de la naturaleza humana para justificar su idealización del egoísmo y el deseo de dominar. A menudo se siente abrumado por una secreta sensación de vergüenza y fracaso, precisamente porque es imposible sobrepasar a todo el mundo en todos los sentidos. Esto se compensa tratando aún más insistentemente de dominar y culpar a los otros por sus fracasos.


 3) La máscara de serenidad

 La máscara de serenidad es un intento de escapar a las dificultades y a la vulnerabilidad de la vida humana, aparentando ser completamente sereno y desapegado. Lo que la persona realmente busca es una distorsión de la serenidad que se manifiesta como retraimiento, indiferencia, evasión ante la vida, falta de compromiso, un cínico y mundano desapego y un falso desapego espiritual.
 Muy frecuentemente esta pseudo-solución se escoge porque el niño no logró que le funcionaran las máscaras de "amor" o de "poder". Incapaz de obtener el amor que necesitaba mediante la sumisión, o de satisfacer la necesidad de autoafirmación mediante la agresión, se retrae alejándose de todos los problemas tanto en el interior como en el exterior de sí mismo. Debajo del retraimiento se sigue sintiendo desgarrado e inseguro.
 (...) El error de la máscara de serenidad consiste en creer que los problemas se irán si los negamos. Se piensa que es posible conseguir la seguridad y la autoestima elevándose por encima de las dificultades, estando "tranquilo" y no dejándose afectar por la vida. La persona que usa la máscara de serenidad idealiza el distanciamiento y el desapego y puede incluso despreciar la lucha de los otros "simples mortales". El efecto de esta tremenda negación sobre la personalidad es el adormecimiento y la desesperación secreta, la cual se esconde a menudo bajo una visión cínica de la vida o de una espiritualidad sin raíces. La fuerza vital se cierra y la energía fluye con lentitud. La capacidad para comprometerse en un trabajo importante o en una relación completa suele estar muy limitada. (...) La autotraición de la máscara de retraimiento es casi completa. A menudo, la persona se encierra en el intelecto o en una vida espiritual interior. A diferencia de las máscaras de amor o poder, en las que los sentimientos suelen ser exagerados o manipulados para que sirvan a un propósito o para crear una impresión, la máscara de serenidad tiene sentimiento intactos y sin distorsionar, pero ocultos, y que, por lo tanto, requieren de un gran estímulo para revelarse. La transformación de la máscara de serenidad es un proceso paulatino en el se arriesga el ser verdadero, en el que se entra en la vida.

 4) Una máscara combinada

 En ocasiones las máscaras de amor, poder y serenidad se mezclan en la misma persona, lo cual causa una tremenda confusión interior pues cada una de ellas persigue metas e idealizaciones contradictorias. Muchas personas tienen ideales contradictorios en su personalidad. Sus vidas pueden estar divididas en compartimentos separados. (...) cualquier cosa que hagan estará mal y producirá culpa, vergüenza, incomodidad y, por lo tanto, frustración  y desprecio por sí mismo.


 La máscara está condenada a fracasar y a crear más malestar del que estaba previsto evitar, pues se basa en la idea errónea esencial de que se puede evitar la imperfección, la decepción y el rechazo característicos del ámbito humano. (...) La transformación de la máscara incluye el proceso de duelo por la muerte de nuestro ser idealizado, percatándonos de que ese falso ser de hecho ya estaba muerto. Es una versión sin vida -no vital- de nosotros que debemos abandonar si es que habremos de convertirnos en lo que realmente somos. Para poder soltar la máscara, también es necesario volver a experimentar las heridas que le dieron origen.

   "¿Cómo puedes experimentar ahora las heridas de hace tanto tiempo?. Escoge un problema actual. Quítale todas las capas superpuestas de tus reacciones. La primera, y la que tienes más a mano, es la capa de la racionalización, la que "prueba" que los demás, o la situación, tienen la culpa y no tus conflictos más internos, que son ellos los que en realidad te hicieron adoptar la actitud equivocada ante el problema que estás enfrentando ahora. La siguiente capa puede ser la cólera, el resentimiento, la ansiedad o la frustración. Detrás de estas reacciones encontrarás el dolor de no ser amado. Cuando experimentes el dolor de no ser amado dentro del problema actual, despertarás la herida de la infancia. Al evaluar la sitiuación del pasado desde la emoción del presente te darás cuenta de que en muchos sentidos faltó algo que nunca (siendo niño) pudiste ver con claridad. (...) Una vez que logres sincronizar estos dos dolores y te percates de que son uno y el mismo, el siguiente paso será mucho más fácil. (...) tendrás la paz de estar en casa dentro de ti mismo."

   (CGP 73/83)


                                 Vivir sin máscaras de Susan Thesenga