sábado, 23 de diciembre de 2023

Yo esto no me lo quiero perder




       https://youtu.be/83BMcW4vI7U?si=C-MNWOc_3rYB7Rau   (*)




                              ¿Qué se gana o se pierde
                              en este trato humano con las sombras,
                              en este abandonarse a los asuntos del alma
                              si la vida en el fondo no nos hace
                              mejores ni peores,

                si la vida en el fondo nos persuade de que nada está a salvo?

                              Siempre hay alguien que cuida.
                              Siempre hay alguien que se queda despierto,
                              el vigilante
                              que le dice a la noche que pase para todos,
                              pero no para él.


                              Fragmento de Siempre hay alguien que cuida
                                      del Poemario El baile de los pájaros
                                                   
                    
                                                    Basilio Sanchez

    
                     
(*) Gracias Xabi. Trabajar contigo no solo fue inspirador sino también revelador de lo que a veces nos impide manifestar lo que somos en esencia. Lo que compartimos desde la palabra y la acción no siempre está a la altura de lo que somos en el silencio.
 Por eso no puedo estar de acuerdo con la conclusión final (aunque no fuera dicha por ti): "la justificación de la existencia del sufrimiento es la generación de Amor". Una conclusión perversa que es el origen de los callejones sin salida a los que ha conducido la Iglesia como institución. Es la falta de Amor hacia nosotros mismos lo que genera sufrimiento (que no dolor); y es a través de ese camino de soledad y alejamiento o autoenajenación humana que podemos o no regresar a Él y comprender que la elección...siempre fue nuestra. - RSB


domingo, 17 de diciembre de 2023

Nudo Gordiano

 

 
 Cuando tu propio padre te dice lo que ya sabías que iba a responder pero esperabas no tener que escuchar una vez más en tu vida, que no va al hospital a acompañar a su hijo que acaba de sortear por casualidad (en la que no creo) o destino el umbral de la muerte, su hijo que se encuentra en ese espacio-tiempo en el que la enfermedad repentina nos coloca: las puertas del "infierno" o del "cielo" que ha sido nuestra vida, porque, según él, "no va a servir de nada y además voy a pasarlo mal" (*), vuelves a darte cuenta que en esta existencia hay muchas vidas. Hay unos que son conscientes de ellas y otros solo son capaces, en apariencia, de mirar su ombligo. Hay unos que experimentan una sola existencia y otros, en cambio, son capaces de vivir muchas vidas en una. ¿Es eso reflejo de lo que llegará cuando nos desliguemos de este cuerpo?. No sabemos; porque el paisaje reflejado no es el mismo que el que yace bajo la superficie del agua. Lo que sí sabemos es que un día se presentará la espada que nos libere...y en ese instante...lo sabremos.

 (*) Seguramente mi respuesta se pareció más a la del "despiadado" Plutón que a la del "nebuloso y huidizo" Neptuno y, seguramente, en algún momento, también me arrepentiré de ello; pero todos llevamos una mochila y no podemos dejar de sentir y de actuar según su peso cada día.


                                                        
                                                            RSB


 
"En las entrañas del hospital, en el mundo difuminado que engendra la enfermedad, en el temor crepuscular del inframundo psicológico, los pacientes penetran en el reino de Ereshkigal, donde llegan a comprender que su identidad y su vida anterior ha muerto, al menos por un tiempo, acaso para siempre. Esto puede suponer un punto de inflexión para el alma: enfrentarse a la posibilidad de quedar impedido o morir puede operar un cambio de rumbo, modificar completamente las prioridades y traer a primer plano cuestiones acerca del sentido o sinsentido del modo en que vivimos nuestra vida, acerca de lo que realmente nos importa, y si nosotros mismos importamos algo. Para el yo, que había mantenido la ilusión de controlar el destino, a menudo es un momento depresivo. Si la persona delega en su alma la dirección de sus pasos en el inframundo, se producirán hallazgos inesperados. Porque lo que en definitiva importa no es lo que nos ocurre, sino cómo reaccionamos a ello; esa reacción puede cambiar drásticamente nuestra vida."

                                                                        Jean Shinoda Bolen
                                                                        "El sentido de la enfermedad. Un viaje del alma"


          



viernes, 3 de noviembre de 2023

La Luz que no puedes Ver

 

                     https://youtu.be/peXNFifynhg?si=MslMv7F6bq8IeCnC

            https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2013/07/singularidad.html


                                El Intento y La Voluntad

 

 Liberarse de "la sombra" de las personas que han hecho girar "la Rueda de tu Vida" requiere camino, esfuerzo y voluntad. La ira, la culpa y la proyección son callejones sin salida que le restan fuerza a tu objetivo principal. El objetivo de vivir tu propia vida según las directrices de la luz encarnada en ti. Solo yo puedo ser yo. Solo tú puedes ser tú. La Verdad última de un ser humano es la Verdad última de una familia, una sociedad, un país, un planeta...Las pequeñas verdades que conducen a esa Verdad solo te pertenecen a ti.


 Soñé con un tren lleno de gente. Yo observaba desde fuera los vagones "dilatados" por la presión y la falta de espacio en su interior. La extrañeza de ver vagones de acero inflados como globos no despertó mi lucidez en el sueño. El tren llegaba a una vía muerta y todos los pasajeros salían en fila de su interior. En ese momento yo era una más entre ellos. Había dos contenedores de basura. Me hizo gracia pensar lo organizada que teníamos la basura pero ese pensamiento no me hizo despertar en el sueño. Yo empujaba un contenedor amarillo y otro más atrás empujaba uno verde. Nos dirigíamos hacia un lugar...Tomé la cabecera de la fila. Todos me seguían a mí. Llegué a una bifurcación. Un camino se veía más iluminado que el otro. Yo quería ir por el más iluminado; no sé cómo pero sabía que era el más directo y corto para llegar a ese lugar. Pero él habló. No consigo librarme de este personaje en los sueños aunque aparentemente lo haya hecho en la vida real. Dijo: "iremos por la C/ Limonero s/n". En ese momento pensé, "¿por qué no?, soy muchos, no quiero cargar con la responsabilidad de equivocarme". Caminábamos uno detrás de otro por una carretera por la que al principio pasaban coches. Llegamos a una rotonda con un control de policía. Pensé, "ya está, nos van a detener y nos obligarán a regresar por donde hemos venido. Mejor disculparse y ser lo más amable y simpático posible". Nos dejaron continuar. El camino se hizo desolador. No había nada, ni árboles, ni casas, ni coches, ni paisaje; solo camino. El ritmo era cada vez más rápido, casi volábamos. Recuerdo dejarme llevar por el contenedor de basura arriba y abajo en las ondulaciones que hacía la carretera y reírme por el cosquilleo de la velocidad. Esta sensación de volar tampoco me hizo despertar en el sueño. Llegó un momento en que ya no había descensos, solo ascenso, y ya no era posible empujar el contenedor de basura, solo podíamos subir agarrándonos a las piedras y a lo que parecían raíces de un árbol sobresaliendo en el terreno. Yo continuaba liderando la fila. El ascenso finalizó en un agujero lleno de nieve, como si estuviésemos enterrados bajo algo o fuese el acceso a otra estancia o espacio. Empecé a escarbar en la nieve. Estaba fría y era muy blanca. Escarbé y escarbé hasta que me topé con una tapadera negra. La golpee. Estaba dura. Entonces él volvió a hablar y dijo, "la romperemos y la atravesaremos" y yo le contesté, irritada tanto por su presencia como conmigo misma por haberle escuchado, "no es posible subir los contenedores por ese agujero y aquí no los podemos dejar. Así que yo me vuelvo por donde he venido a donde sé que se encuentra la salida". Y entonces, desperté.


 Mis sueños siempre me han traído mensajes acerca de mi vida "real". Como hace unos días, a veces he oído voces avisándome sobre algo que luego acontecía. Un paciente que estuvo a mi cargo en el hospital, al que habían operado dos veces por diversas complicaciones y que había compartido conmigo su mundo emocional, me visitó en sueños para decirme que se moría. Dos días después "se iba". Otras veces he podido ver claramente la verdad que se escondía tras una mentira. Hasta ahora los había vivido como un juego y, en ocasiones, como una desgracia (a veces preferimos la mentira que nos permite permanecer junto a los que nos dicen amarnos). Releo el sueño y una parte de mí se parte de risa. Sonrío imaginando la cara de los médicos que recientemente me acusaban sin juicio mediante de "sermoneadora de la parroquia" y de "regañona", que no "tacañona". Si leyesen este sueño, ya directamente a la hoguera, ¡que la quemen por bruja loca!. Pero tengo el absoluto convencimiento que los sueños no son solo una realidad paralela, un multiverso desde el que experimentar, adquirir sabiduría y ser conscientes de lo que late bajo la superficie del día a día que no nos permitimos ver ni reconocer; son un camino espiritual. Una forma de anticipar la experiencia de la muerte, de saber que luego hay un viaje que continúa y que tiene moradas y callejones sin aparente salida. Que puedes aprender "aquí y ahora" lo que luego te ayudará "allí". Porque la experiencia del túnel de luz de la que hablan muchos, podría ser tan solo el primer escalón de una larga escalera de caracol...


                                                           RSB


                             Ilustración de El Libro Rojo de Carl G. Jung


lunes, 30 de octubre de 2023

Bardo Thödol - Purgatorio


                                  La Ascensión al Empíreo de El Bosco

     
  
"Las experiencias cercanas a la muerte o ECM (en inglés, Near-death-experience) fueron descritas por primera vez por Platón en su libro La República y representadas en el siglo XV por las pinturas de El Bosco. En el siglo XX, fueron descritas por Raymond Moody (1975). Son vivencias complejas que ocurren en asociación con la muerte o con la percepción de que ésta es inminente (Moody, 1975; Greyson, 1983). 
 Es un fenómeno frecuente y se considera que el 4%-8% de la población general lo ha experimentado, según estudios realizados en Alemania (Knoblauch y cols.,2001) y Australia (Perea y cols., 2005), aunque se considera que estas cifras estarían infravaloradas o no reflejarían la realidad, porque algunas personas son reacias a contar sus experiencias (Van Lommel, 2011).
 Se definen como la memoria reportada de un patrón de experiencias que ocurren cuando una persona está cercana a la muerte (por ejemplo, situaciones de riesgo vital, asfixia, ahogamiento, accidente vascular), cuando creen que van a morir o en el periodo entre la muerte clínica y la resucitación (Van Lommel, 2011).
 No existe una definición universalmente aceptada de las ECM y, todavía, es un tema de investigación. Inicialmente, y basándose en los 50 individuos que entrevistó Moody (1975) para su libro, se identificaron 15 características. Mas tarde, mediante entrevistas estructuradas, se aislaron cinco aspectos nucleares (Ring, 1980) y, finalmente, Greyson (1983) identificó 16 elementos, utilizando métodos estadísticos en 73 personas que habían experimentado ECM.
 Martial y cols. (2017) confirman que no existe una secuencia temporal típica en las ECM, como confirmó en su muestra de 154 individuos, aunque existen cuatro dimensiones estables y consistentes, que también aparecían en estudios previos (Moody, 1975; Ring, 1980; Greyson, 1983). El orden más frecuente y su prevalencia son los siguientes (Martial y cols., 2017), aunque este orden exacto se observa en un pequeño porcentaje de personas:

  1. Experiencia de estar fuera del cuerpo (out-of-the-body experience) (53%). 

  2. Ver una luz brillante (69%).

  3. Ver otras personas o espíritus (62%).

  4. Experiencias de paz (la más frecuente, 80%).

 También son frecuentes, aunque no tan nucleares, moverse por un túnel, la pérdida de sensación de tiempo y espacio, ver paisajes celestiales y hablar con un ser de luz, así como el retorno al cuerpo (Van Lommel, 2011). Lo que parece evidente es la gran variabilidad cultural y ambiental de la experiencia. Por ejemplo, la experiencia del túnel apenas aparece en la India (Kellehear y cols., 1994), o la experiencia de revivir toda nuestra vida tampoco aparece en todas las culturas (Kellehear, 1993).

 Es una experiencia ligada al misticismo (Pennachio, 1986), ya que suele incluir una sensación de trascendencia, de que el cuerpo abandona el mundo habitual y entra en un "reino alternativo", percibiéndose una sensación acústica de llanto o zumbido agudo al inicio de la experiencia, comunicación con "presencias" o "entidades", así como reflexiones posteriores sobre la muerte, el morir y lo que hay después de la muerte. Las ECM se asocian a cambios positivos a largo plazo, que incluyen bienestar psicológico y consecuencias asociadas, y más específicamente: mayor preocupación por el bienestar de los demás, reducción del malestar asociado a la perspectiva de morirse, mayor aprecio por la naturaleza y por la vida, menor deseo de estatus social y posesiones, y aumento de la autoestima (Ring, 1980; Noyes, 1980; Groth-Marnat, 1998).

 La práctica de la meditación para entender mejor el proceso de la muerte ha sido ampliamente usada en muchas religiones como el budismo. Algunos libros conocidos en Occidente sobre este tema son El libro tibetano de los muertos, del místico del siglo VIII Padmasambhava (1995), y una adaptación más moderna, El libro tibetano de la vida y de la muerte (Sogyal, 1998). Otro libro relacionado, menos conocido, también de este mismo autor, es Natural Liberation: Padmasambhava teachings on the six bardos (Padmasambhava, 1998). Estos libros hablan de cómo la consciencia experimenta diferentes fases tras la muerte, en el período llamado en tibetano "estado intermedio" o "bardo". Este último libro incluye también el yoga del sueño. Otro libro notable es Delog: Journey to the Realms Beyond Death (Drolma, 1995), que describe la experiencia de ser un delog, individuos que experimentan, durante horas o días, una ECM y, posteriormente, comparten su experiencia para asistir a otros practicantes espirituales (Baily, 2001).

 El Dalái Lama (2006) describe que el momento de la muerte es un estado de consciencia que se manifiesta de forma breve en los humanos y que se caracteriza por ser sutil, espontáneo y sin aferramiento. Por eso, los meditadores experimentados pueden inducirse este estado cercano a la muerte durante la meditación, igual que cuando ocurre al morir, y pueden reconocerlo y mantenerlo. En un estudio realizado por nosotros (Van Gordon y cols., 2018) durante tres años en 12 meditadores avanzados, encontramos que la experiencia es más profunda con el tiempo, que los meditadores eran conscientes de la experiencia y mantenían el control volitivo, que la experiencia era similar a la ECM espontánea y que vivían un rico abanico de encuentros no mundanos y de experiencias espirituales.

 Los sueños lúcidos y la consciencia en el estado posterior a la muerte o bardo están muy relacionados, según el budismo tibetano. En esta tradición, Padmasambhava (1998) afirma:
 
   Se dice que, entrenándose en el proceso transicional del sueño (es decir, desarrollando sueños lúcidos), si se consigue hacerlo por siete veces, el proceso transicional de la muerte (el bardo o estado intermedio) será comprendido.

 Como se asegura en el mismo libro, reconocer el estado del sueño siete veces quiere decir poder hacerlo de forma habitual. 

 Magaña (2015) afirma que, en la tradición tolteca, el Mictlán o la tierra de los muertos es el primero de los lugares del soñar despierto. Ahí aparecen personas conocidas, situaciones cotidianas y lugares donde hemos estado, es decir, lo que la psicología actual llamaría "sueños proyectivos". Son sueños que nos llevarán a repetirnos, a repetir el pasado, nuestros patrones de conducta (lo que en la tradición budista/hinduista es el karma). Tendríamos que superar esta fase porque, de lo contrario, nos quedaremos atrapados en "la prisión invisible de la luna". Hay una frase azteca que resume esta visión: el que no recuerda sus sueños está muerto en vida, porque no puede controlar su vida cuando está despierto. Cuando aparecen estos sueños proyectivos, lo que tenemos que hacer es cancelarlos. Esto y la práctica de la máscara, entre otras, terminarán con estos sueños.
 Cuando se acaban estos sueños, uno puede ascender a otro nivel. Magaña (2015) afirma que, en el México antiguo, existían varias pirámides escalonadas de nueve niveles, que representan los nueve niveles del sueño. Estaban coronadas por la figura de chac mool, que significa "los conocedores del espejo y del agua", la máxima expresión del arte de soñar. (...) el primer es Temictli, donde se halla el Mictlán, la tierra de los muertos. El segundo es Temixoch, donde están la mayor parte de los soñadores actuales, que permite recrear nuestra vida. El último nivel, Cochitzinco, es "el lugar sagrado del sueño", donde surge la luz, donde no hay sueños. En él se accede a la mente del Aguila Negra, el lugar del plan primigenio del Gran Espíritu."



                          SUEÑOS LÚCIDOS. Aprende a desarrollarlos. 

              -De las tradiciones contemplativas a la evidencia científica-   

                               
                                         JAVIER GARCIA CAMPAYO

                                                          Ed. Kairós



                     https://youtu.be/ypOdPhc6Pns?si=prQOTuCZcL4bltL4




sábado, 21 de octubre de 2023

La Voz de la Tierra

 

Autor Desconocido



"La última guardiana de la Sierra creyó llegar tarde, pero se equivocaba. Como a veces equivocan los pájaros su vuelo, las ballenas su rumbo, las palabras su función.

 Cuando Mayo parecía haber recuperado su salud partieron rumbo a la Sierra, y las montañas se abrieron en canal para ellos. Como se abre en canal una mujer cuando pare, una mujer cuando ama.

 La Sierra-Mujer les llamaba.

 Tardaron seis días con sus respectivas noches en llegar. Para entonces habían derramado sangre sobre la Sierra, la habían mancillado y corrompido. Había muerto mucha gente. La sangre envenenaba sus ríos, sus fuentes, sus árboles, sus recónditos pasadizos. Todas y cada una de sus moléculas llevaban impresas en su memoria la primera y la segunda (y la....) vez que la habían profanado, aquella otra sangre que aún permanecía seca en el punto más sagrado de la Sierra, aquellos otros cuerpos muertos que habitaban el interior de la sima. La Sierra, el corazón del mundo, necesitaba sanar.

 Porque la sima, donde cada cierto tiempo se escuchaba morir a los osos y a los hombres, envenenó el agua subterránea que nutrió a los árboles, que alimentó a los frutos que comieron los pájaros y los monos. Abejas libaron de flores corrompidas e hicieron miel que impregnó a avispas y ácaros. Las ranas comieron insectos y contaminaron lagos de los que bebieron ciervos, panteras, águilas acuáticas y rinocerontes. Cigüeñas y flamencos que llegaron a la sierra para pasar el invierno, se alimentaron de insectos y anfibios antes de alzar de nuevo el vuelo. Fueron las piedras, más lentas y sabias, quienes les convocaron, quienes les hicieron entender que el círculo de dolor y miedo debía cerrarse con un acto de amor para que la Sierra sanara.

 La noche previa a pisar la Sierra, Luz cerró los ojos y soñó que la tierra mancillada la llamaba. Soñó que era mujer como ella, y como ella sentía la vida -como un pálpito, como una nana, como un humilde rumor-. Soñó que le contaba lo que nadie le había sabido contar (...). 

 El tiempo de los secretos comenzaba a pertenecer al pasado.


       LA VOZ DE LA TIERRA y la Mujer Chamán. El viaje de Atapuerca

                                            Elena García Quevedo

                                                Mandala Ediciones


                      https://youtu.be/OvZoKxtJi_0?si=2ajdh5v7CmyAtGTx

   


domingo, 15 de octubre de 2023

Los Niños de la Vida


                                                       Autor  Desconocido


Y una mujer que sostenía un niño contra su seno pidió: háblanos de los niños.

Y él dijo:

Vuestros hijos no son hijos vuestros.

Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma.

Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros. Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.

Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos. Porque ellos tienen sus propios pensamientos.

Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas. Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en sueños.

Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no busquéis el hacerlos como vosotros. Porque la Vida no retrocede ni se entretiene con el ayer.

Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia adelante.

El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con su poder para que su flecha vaya veloz y lejana. Dejad, alegremente, que la mano del Arquero os doblegue. Porque, así como El ama la flecha que vuela, así ama también el arco, que es estable.


                                        El Profeta. KHALIL GIBRAN

   


                  El Amor es el único antídoto contra el Miedo



sábado, 14 de octubre de 2023

Donde Todo Empezó

 

                                                                              


                 https://ansenthar.blogspot.com/2015/01/uruk.html

        https://ansenthar.blogspot.com/2014/12/gran-piramidede-guiza.html

      https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2012/06/el-mito-de-inanna.html

 https://ansenthar.blogspot.com/2020/07/el-arbol-de-huluppu-inanna-venus.html

https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2012/10/sejmet-la-sombra-y-la-luz-del-sol.html


 Cuando era niña y me tocó estudiar en la asignatura de Historia la cultura Mesopotámica y Egipcia, sentí un rechazo tan visceral, que incluso me hizo vomitar cuando me obligaba a memorizar unos mínimos para aprobar el examen. Años después tuve una relación, que no sabría definir, con un hombre que me doblaba la edad que insistió en que leyese la novela "Sinuhé, El Egipcio". Y volví a recordar que no era un espacio-temporal con el que sintiese especial afinidad, así que le dije que no tenía intención ni de intentarlo. Pero él llegó al extremo de regalarme el libro y amenazarme con no volver a verme sino terminaba de leerlo. Muchos años después acabé viajando con el padre de mi hija pocos meses antes de separarnos a Egipto; y descendí y ascendí las escaleras que llevaban al espacio central de la Gran Pirámide de Guiza y deambulé entre las piedras de los templos de Karnak y Luxor. Aún hoy recuerdo perfectamente la sensación que experimenté junto al Nilo y en las tierras desérticas que rodeaban esos lugares. Me sentí en casa. Esa tierra "había sido" o "era" parte de mi Ser.

 Lo que pasa allí hoy no es algo lejano y ajeno...es algo que forma parte de la historia del Alma del Ser Humano. Es mi historia...es la tuya.


                                                           RSB


                 https://youtu.be/A37HqEjTSu4?si=xQGJNtM9YB5M_C1a

                  https://youtu.be/OejVoh7z_Dc?si=lMEoxEETnq2HCDLO



domingo, 8 de octubre de 2023



  
                                          Toda la vida, Un día.


jueves, 5 de octubre de 2023

Los Cobardes (cover)

 

                                        Josefina Manresa y Miguel Hernández. 1937


                                         Hombres veo que de hombres
                                         solo tienen, solo gastan
                                         el parecer y el cigarro,
                                         el pantalón y la barba.

                                         En el corazón son liebres,
                                         gallinas en las entrañas,
                                         galgos de rápido vientre,
                                         que en épocas de paz ladran
                                         y en épocas de cañones
                                         desaparecen del mapa.

                                         Estos hombres, estas liebres,
                                         comisarios de la alarma,
                                         cuando escuchan a cien leguas
                                         el estruendo de las balas,
                                         con singular heroísmo
                                         a la carrera se lanzan,
                                         se les alborota el ano,
                                         el pelo se les espanta.
                                         Valientemente se esconden,
                                         gallardamente se escapan
                                         del campo de los peligros
                                         estas fugitivas cacas,
                                         que me duelen hace tiempo
                                         en los "ovarios" del alma.

                                         ¿Dónde iréis que no vayáis
                                         a la muerte, liebres pálidas,
                                         podencos de poca fe
                                         y de demasiadas patas?
                                         ¿No os avergüenza mirar
                                         en tanto lugar "del mundo"
                                         a tanta mujer serena
                                         bajo tantas amenazas?
                                         Un tiro por cada diente
                                         vuestra existencia reclama,
                                         cobardes de piel cobarde
                                         y de corazón de caña.
                                         Tembláis como poseídos
                                         de todo un siglo de escarcha
                                         y vais del sol a la sombra
                                         llenos de desconfianza.
                                         Halláis los sótanos poco
                                         defendidos por las casas.

                                         Vuestro miedo exige al mundo
                                         batallones de murallas,
                                         barreras de plomo a orillas
                                         de precipicios y zanjas
                                         para nuestra pobre vida,
                                         mezquina de sangre y ansias.
                                         No os basta estar defendidos
                                         por lluvias de sangre hidalga,
                                         que no cesa de caer,
                                         generosamente cálida,
                                         un día tras otro día
                                         a la "gleba humana".
                                         No sentís el llamamiento
                                         de las vidas derramadas.
                                         Para salvar vuestra piel
                                         las madrigueras no os bastan,
                                         no os bastan los agujeros,
                                         ni los retretes ni nada.
                                         Huís y huís, dando "a la mujer",
                                         mientras bebéis la distancia,
                                         motivos para mataros
                                         por las corridas espaldas.

                                         Solo se quedan los hombres
                                         al calor de las batallas,
                                         y vosotros, lejos de ellas,
                                         queréis ocultar la infamia,
                                         pero el color de cobardes
                                         no se os irá de la cara.

                                         Ocupad los tristes puestos
                                         de la triste telaraña.
                                         Sustituid a la escoba,
                                         y barred con vuestras nalgas
                                         la mierda que vais dejando
                                         donde colocáis la planta.


                                         MIGUEL HERNANDEZ. Viento del Pueblo, 1937.



                                         (*) Se ha sustituido del poema original:
                                                        cojones por ovarios
                                                        de España por del mundo
                                                        gleba castellana por gleba humana
                                                        dando al pueblo por dando a la mujer

                                   


miércoles, 27 de septiembre de 2023

El Techo Amarillo - Lo que pasaba y sigue pasando

 

               https://ww.rtve.es/play/videos/el-techo-amarillo/     


 
 ¿Puede el tren salirse del carril que se ha forjado a base de pasar una y otra vez por la misma vía?. Mi experiencia personal es...que no. ¡Ojalá pudiese decir otra cosa!. Hay caminos prohibidos cuando uno ha transitado demasiado por ellos. ¿O acaso un ex-alcohólico puede volver a tomar alcohol y no caer en el mismo abismo de nuevo?. Pero sí hay experiencias en la vida que definitivamente "te curan" de deseo y necesidad.  Aunque tengan que pasar más de treinta años para que eso suceda y sin que tengas que pellizcarte para comprobar que no estás ni muerta ni anestesiada.


                                                               RSB

martes, 19 de septiembre de 2023

Frieda Belinfante - Una Vida

                                       



"Cuando andas a la caza de historias de mujeres que se empotraron hace mucho, es una bendición encontrar un testimonio directo. Un diario. Una carta. Unas memorias. No son frecuentes, así que cuando te cruzas con uno, lo atesoras porque tiene un valor incalculable. Imaginaos entonces mi emoción cuando supe, mientras leía sobre la historia de Frieda Belinfante, que existía un vídeo de una entrevista de más de siete horas grabada un año antes de su muerte. Al día siguiente, libreta en mano, me dispuse a disfrutar de la historia de Frieda en sus propias palabras. Una experiencia absolutamente mágica.

 Esta historia comienza a principios del siglo xx, cuando un señor pianista decide formar una banda de música con sus cuatro hijos y le da a cada uno un instrumento aleatorio para ver si tienen talento. Tengo preguntas sobre este método, pero no seré yo quien juzgue el acercamiento pedagógico de un padre hacia sus hijos. Desgraciadamente para nuestro señor pianista, solo una de sus hijas, Frieda (a la que le había endilgado el violonchelo), había heredado su talento musical.

 Eso sí, había heredado un talento que compensaba por los cuatro.

 Frieda Belinfante nació en Amsterdam, en 1904. Generalmente, Frieda hacía lo que le daba la gana, porque cuando le pedía permiso a su madre para hacer algo, ésta siempre le decía que le preguntara a su padre y cuando le preguntaba a su padre, este le respondía que hiciera lo que le diera la gana. Como veis, un circuito sin fisuras.

 Tampoco os voy a mentir; se intuye, por la forma en la que Frieda lo cuenta, que, en realidad, su padre le daba permiso porque sabía que su hija iba a hacer lo que le diera la gana de todos modos.

 Según la hermana de Frieda, todo el mundo andaba detrás de ella cuando era adolescente, tanto los zagales como las zagalas (aunque a ella solo le interesaban las zagalas). No necesariamente porque fuera guapa, sino porque estaba muy segura de sí misma y llena de vida. Además, Frieda venía equipada con una función poco común y altamente atractiva: como te descuidaras, te arreglaba la vida. No, no es broma.

 La primera vez que Frieda se pasó tres pueblos ayudando a alguien tenía dieciséis años. Una amiga rusa había cumplido los veintiuno y quería volver a su país para casarse con su prometido, pero las autoridades no le daban los papeles. Frieda decidió que eso no estaba bien y que había que arreglarlo (el concepto "autoridades" era bastante relativo para ella). Falsificó un pasaporte para su amiga que debió de salirle bastante bien, porque coló. Además, ahorró dinero, le compró un billete de tren y un día, de madrugada, la acompañó hasta la estación (...). 

 Yo no sé muy bien qué deciros de todo esto. Yo a los dieciséis años estaba, no sé, aprendiendo a freír un huevo, probablemente.

 (...) Frieda murió en Santa Fe con noventa años, en 1995. Su nombre y sus actividades durante la guerra habían quedado completamente olvidados y tan solo un par de años antes de su muerte se empezarían a reconocer sus hazañas.

 Todos los que la conocían dicen que nada la detenía. Ya fueran problemas de salud, de dinero, profesionales, prejuicios contra su sexualidad o la ocupación nazi. Nada podía pararla porque tenía una confianza absoluta en sus acciones, en la necesidad de posicionarse y de ayudar a los demás. Si alguien tenía problemas, actuaba. Si algo no le parecía justo, lo arreglaba. Incluso creyendo que no saldría viva de la guerra, todos los días luchaba por dejar atrás un mundo mejor que el que se había encontrado. Os dejo con una de las frases con las que me conquistó cuando estaba viendo la entrevista: "Siempre ayudo a otra gente; si se lo merecen o no, eso viene después. No todos se merecen el esfuerzo, pero el esfuerzo siempre merece la pena".

 Palabras pronunciadas por una mujer de aspecto ya frágil, pero con la voz suave y la mirada clara. Una presencia todavía sólida en su traje de chaqueta blanco, desovillando la historia poco a poco con una sonrisa honesta. Yo nunca voy a olvidar la tarde que pasé escuchándola y espero que desde ahora vosotros no olvidéis nunca su nombre.

 Frieda Belinfante. Violonchelista de éxito, pionera en el mundo de la dirección de orquestas y azote de los nazis."


                      SEÑORAS QUE SE EMPOTRARON HACE MUCHO

                                              CRISTINA DOMENECH

                                                           Ed. Plan B

            

domingo, 27 de agosto de 2023

Sueños

  Foto de LACS. Soria. España
Fotografías de RSB-ANSENTHAR. Soria. España


 (...) sin duda se producen sueños inescrutables y de oscuro lenguaje y no todos se cumplen para los hombres. Porque dos son las puertas de los débiles sueños: una construida con cuerno, la otra con marfil. De estos, unos llegan a través del bruñido marfil, los que engañan portando palabras irrealizables; otros llegan a través de la puerta de pulimentados cuernos, los que anuncian cosas verdaderas cuando llega a verlos uno de los mortales.

                                                             Fragmento de la Odisea de Homero


miércoles, 16 de agosto de 2023

Psicopatía Integrada en la Familia, la Pareja, la "espiritualidad" y la Sociedad

 

                                    https://youtu.be/8GV0_iUmGcc
                                 https://youtu.be/r_uR3CLvBhQ
                                https://youtu.be/uV57It5FRmU



 Mi experiencia me ha mostrado que, en esta vida, todo cambia y se transforma. Nada permanece inalterable para siempre a pesar de la intención o la propia voluntad de que eso ni sea necesario ni se desee. Las personalidades y las sociedades psicopáticas están incluidas en esta ecuación. Y por eso, aunque la transformación no nazca de forma natural desde dentro, ya se encarga la vida de empujarnos a ese abismo interior del que nadie puede escapar.


                                                             RSB

lunes, 7 de agosto de 2023

ECM

 

                                 https://youtu.be/c5ewaGJ5AuA                                                         

             https://youtu.be/agtmvKcL-8g?si=YaLNMGNX9ar32qIO


  "No hay viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige"

                                       Lucio Anneo SENECA


lunes, 24 de julio de 2023

Mente Lúcida - Sueños Lúcidos


 Imagen de la película "Más allá de los Sueños"


 "El tema de los sueños interesa a mucha gente. Como las almas, los sueños tienen millones de años. Todo el mundo tiene sueños, diferentes tipos de sueños. Algunos no tienen ningún mensaje. Ciertos sueños tienen relación con recuerdos del pasado. Hay sueños que indican algo que puede suceder en el futuro. Si en nuestra vida soñamos la misma cosa una o dos veces, no tenemos que preocuparnos. Si hay sueños que se van repitiendo cada semana, cada mes, es una señal de que, tarde o temprano, vamos a experimentar algo relacionado con lo que se expresa en ese sueño. El sueño nos está avisando.

 También hay otros sueños, llamados en Occidente pesadillas, de los cuales muchas personas se despiertan bruscamente y asustadas. Los sueños dependen del estado mental de cada uno, de cómo ha sido nuestra fuerza mental en el día a día, en nuestra vida, de cómo ha sido, sobre todo, la fuerza de los pensamientos, de nuestras palabras y acciones. Todo esto influye en el tipo de sueños que tendremos. En el budismo se habla mucho de los sueños. También de los sueños lúcidos, que precisan un trabajo para conseguir tenerlos y para interpretarlos. Hay pocas personas capacitadas para ello.

 (...) Todo está vinculado con nuestro continuum mental, con nuestra actitud y motivaciones. El budismo nos enseña que es muy bueno comenzar el día dando las gracias por estar vivo un día más. Y recordar que el propósito de la vida es hacer el bien, desarrollar nuestras potencialidades y nuestro corazón; por lo menos no hacer daño a nadie, no engañar. (...) Antiguamente, los grandes maestros del Tíbet trataban estos temas relativos a los sueños. Aún hay maestros, pero ahora no se refieren tanto a ello. Nuestras prácticas son muy individuales. No se quieren exhibir los conocimientos. Además, los maestros no tienen títulos y no ponen, como en Occidente, los títulos y diplomas clavados en las paredes. Lo esencial es el desarrollo interior. Aunque las prácticas no se muestran mucho hacia fuera, cuando los maestros ven que alguien está muy preparado para recibir enseñanzas, entonces ellos poco a poco le enseñarán a esa persona. Las enseñanzas más profundas no se muestran abiertamente en concentraciones de miles de personas. Hay prácticas muy delicadas.

 (...) Si cada día hacemos cosas correctas, los sueños serán más claros, más puros y más lúcidos. Si complicamos nuestra vida, nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestras acciones pensando mal de los demás, criticando constantemente, sintiendo envidia, mintiendo...nuestros sueños lo reflejarán y nos harán perder nuestra calma mental. Nada es automático. Todo depende de nuestras acciones de cada día. (...) Complicarse la vida está en manos de nuestra mente. Gracias a las potencialidades de la mente, existe la posibilidad de no tener una vida complicada. Es algo tan sencillo y a la vez tan difícil a causa de la complejidad de la sociedad, de la educación que hemos recibido, de las condiciones en el mundo en que vivimos. En los sistemas educativos se olvidan muchos valores esenciales comprendidos en culturas y religiones diversas: en el judaísmo, en el cristianismo, en el hinduismo, en el islam, en las antiguas civilizaciones egipcia y persa, en la Grecia clásica. Algunas de ellas tienen muchos puntos en común.

 (...) Los sueños lúcidos tienen que venir a través de la mente lúcida. Si nuestra mente no está lúcida, si está llena de pensamientos perturbadores, entonces el sueño también será perturbador. No será un sueño claro y tampoco será claro el mensaje. Si alguien quiere tener sueños lúcidos, primero tiene que intentar limpiar su mente, sus conceptos, sus formas erróneas de pensamiento. Si hacemos este trabajo, los sueños cambiarán, cada vez serán más claros, cada vez más contundentes. Y, uno mismo, mientras duerme, cuando esté soñando, podrá reconocer que está soñando, podrá ser consciente de ello. Es algo muy bonito. Aunque el sueño sea muy positivo, nuestro ego no subirá y nuestro apego no aumentará porque seremos conscientes de que estamos soñando. Y, si el sueño no es positivo, tampoco tendremos miedo ni aversión porque sabremos que estamos soñando."


               Fragmento del prólogo de THUBTEN WANOCHEN del libro

 SUEÑOS LUCIDOS. De las tradiciones contemplativas a la evidencia científica

                                        JAVIER GARCIA CAMPAYO

                                                        Ed. Kairós


lunes, 10 de julio de 2023

Phôlarchos - Iatromantis (2)

 

                                              Grifo. Fresco en Palacio de Knossos


 "En Elea, los hombres llamados phôlarchos estaban relacionados con Apolo (...) dios del sol. 

 Es perfectamente comprensible, ya que Apolo no solo era el dios de la curación: era también dios de la incubación. 

 (...) Con frecuencia, estos centros eran santuarios de Asclepio o de los héroes. Los héroes, por lo general, eran considerados hijos de Apolo, y ése era el caso de Asclepio. Sabía curar gracias a su padre, y la mayoría de sus centros de incubación habían sido en otro momento centros de adoración a Apolo. Incluso después de que Asclepio se convirtiera en el dios griego más famoso relacionado con la incubación, siguió compartiendo con Apolo sus santuarios.

 (...) Y así es, más o menos, como fueron las cosas hasta el final del mundo antiguo. Cuando los magos de los siglos posteriores a Cristo quisieron experimentar las revelaciones o recibir conocimientos a través de los sueños, Apolo fue el dios invocado a través de la incubación en la oscuridad de la noche.

 (...) Estas tradiciones vinculaban a Apolo con la incubación, las cavernas y los lugares oscuros; no tienen nada que ver con el Apolo al que estamos acostumbrados.

 Actualmente, se considera que Apolo es la encarnación divina de la razón y la racionalidad, como si un dios pudiera ser razonable en el sentido que le damos a la palabra. (...) se lo ha descrito como el más griego de todos los dioses; una imagen perfecta del espíritu griego clásico, todo claridad y luminosidad. Pero no era nada claro. Por encima de todo, era el dios de los oráculos y la profecía, llenos de ambigüedades y trampas. Precisamente, quienes creían que todo era claro y luminoso terminaban confusos.

 (...) Y desde el principio, Apolo estuvo relacionado no sólo con la noche sino también con las cavernas y lugares oscuros, con los infiernos y la muerte. Por este motivo, en la ciudad anatolia de Hierápolis, el templo de Apolo estaba situado encima de la caverna que llevaba a los infiernos. Y por este motivo, en otros famosos centros de oráculos de Anatolia sus templos también estaban construidos de la misma manera: sobre una caverna en la que entraban su sacerdote y los iniciados en lo más oscuro de la noche.

 Cuando la gente intentó convertir a Apolo en algo razonable, filosóficamente aceptable, se limitó a mirar la superficie y pasar por alto lo que estaba debajo. Fue también en Anatolia donde llegó a asociarse a Apolo con el sol.

 En realidad, sus vínculos con el sol se remontan a un pasado lejano. Pero las declaraciones formales de los griegos identificando el sol con Apolo empezaron a aparecer en determinada época, que coincidió con la vida de Parménides. Y lo importante de estas declaraciones es el modo en que indican que la identificación era esotérica, un asunto sólo para iniciados, para la gente familiarizada con "los nombres que no se pronuncian de los dioses".

 Ahora es muy fácil dar por hecho que Apolo y el sol están relacionados con el brillo y la luz. Pero eso supone olvidar el sitio donde el sol se encuentra en su terreno: en la oscuridad del inframundo. Y supone también pasar por alto lo que dicen, en realidad, estas afirmaciones sobre el sol y Apolo. Una de ellas resulta ser, en la literatura clásica, la referencia más antigua al descenso de Orfeo al inframundo. Explica el modo en que Orfeo llegó a ser tan devoto de Apolo. (...) este relato dice que sólo después de viajar al mundo de los muertos y "porque vio las cosas que allí hay que ver tal como son", comprendió por qué el sol es el mayor de todos los dioses y es idéntico a Apolo. El relato sigue contando que acostumbraba a levantarse de noche y subir a una montaña para poder ver a su dios al amanecer.

 (...) Según un poema órfico, Apolo y Perséfone se acostaron juntos, hicieron el amor. La tradición encaja en todos los sentidos. Porque casi nunca se señala que los poderes sanadores de Apolo y su hijo Asclepio los llevaron a una íntima relación con la muerte. Curar es conocer los límites de la curación y también lo que está más allá. En último termino, no puede haber sanación auténtica sin la capacidad de hacer frente a la muerte misma. Apolo es un dios de la sanación, pero también es letal. La reina de los muertos es la encarnación de la muerte; y, sin embargo, se decía que el toque de su mano curaba. En su calidad de opuestos, intercambiaron los papeles, uno con otro y consigo mismos.

 (...) Durante largo tiempo -y mucho antes de que se hallaran los restos de Elea-, los historiadores se habían dado cuenta de que el relato del viaje mítico de Parménides lo relaciona con la incubación y con los expertos en ésta; con las personas que justificaban sus enseñanzas en los viajes que hacían al otro mundo, que consideraban que formaba parte de su trabajo traer de vuelta lo que encontraban y describir lo que aprendían. (...) damos por hecho que las ideas que han modelado la cultura occidental son sólo ideas, que no importa su procedencia. No podemos tomar en consideración otros estados de conciencia y, por encima de todo, no tenemos tiempo para nada relacionado con la muerte. Y, sin embargo, por mucho que se explique el viaje de Parménides, por mucho que tomemos las partes que nos interesan y pasemos por alto el resto, no podremos ocultar sus vínculos con aquellas gentes.

 Podemos llamarlos magos si queremos, porque eso es exactamente lo que eran, si no fuera porque en aquellos tiempos no había ninguna diferencia entre la magia y el misticismo. Los griegos no siempre sabían cómo llamar a esas personas que poseían una sabiduría misteriosa y que nunca eran exactamente lo que parecían, que podían pasar por muertos cuando estaban todavía vivos.

 Pero había un nombre concreto que les encajaba perfectamente. Ese nombre era iatromantis.


                            EN LOS OSCUROS LUGARES DEL SABER

                                                    Peter Kingsley

                                                  Ed. Atalanta


Phôlarchos - Iatromantis (1)

 


" En toda la historia de la lengua griega, desde los primeros tiempos al habla actual, phôleos siempre tiene el mismo significado básico: es un lugar en el que se refugian los animales, donde se quedan agazapados, quietos, casi sin respirar. Allí duermen, permanecen en un estado similar al sueño o hibernan. Por esto motivo, las expresiones como "estar en una guarida" o "yacer en una guarida" -phôleia y phôleuein eran las palabras en griego antiguo- llegaron a significar "encontrarse en un estado de muerte aparente".

 (...) Así pues, los hombres llamados phôlarchos que aparecen mencionados en esas inscripciones de Elea estaban encargados de la guarida, de un lugar de muerte aparente. Eso no tiene mucho sentido, ni siquiera parece que merezca la pena intentar dárselo; pero sí lo tiene. Y no hace falta mirar muy lejos para ver qué quiere decir. La respuesta está en las inscripciones mismas.

 Estos hombres llamados phôlarchos eran sanadores, y la curación, en el mundo clásico, tenía mucho que ver con los estados de muerte aparente. Todo estaba ligado con una palabra de toscas resonancias: incubación

 Incubar es, simplemente, yacer en un lugar. Pero la palabra tenía un significado muy especial. Antes de que se creara lo que ahora se conoce como medicina "racional" en Occidente, la curación estaba siempre relacionada con lo divino. Si la gente estaba enferma, era normal ir a los santuarios de los dioses o de los grandes seres que antes habían sido humanos pero ahora eran algo más: los héroes. Y acostarse allí.

 La gente se acostaba en un recinto cerrado, que muchas veces era una caverna. Y se quedaba dormida y soñaba o bien entraba en un estado que, según las descripciones, no era un sueño ni vigilia, hasta que terminaba por tener una visión: algunas veces la visión o el sueño los enfrentaba con el dios, la diosa o el héroe, y así se producía la curación.

 (...) Lo importante era no hacer nada. El momento culminante se producía cuando el enfermo no se debatía ni hacía ningún esfuerzo, sólo tenía que rendirse a su condición. Se acostaba como si estuviera muerto: aguardaba sin comer ni moverse, algunas veces durante varios días seguidos. Y se aguardaba a que la curación llegara de otro lugar, de otro nivel de conciencia y de existencia.

 Pero esto no quiere decir que se dejara solo al enfermo, ya que había personas encargadas del lugar, sacerdotes que comprendían el funcionamiento del proceso y sabían supervisarlo, que sabían cómo ayudar al yaciente a comprender lo que necesitaba saber sin que ello interfiriera en el proceso mismo.

 Todavía tenemos sacerdotes, pero ahora pertenecen a una religión distinta. Bajo la superficie de la retórica y la persuasión, no hay gran diferencia entre la ciencia moderna y la antigua magia. Pero como ya no sabemos cómo encontrar el acceso a lo que está más allá de nuestra conciencia diurna, tenemos que tomar anestésicos y drogas. Y como ya no comprendemos a los poderes que nos superan, se nos niega el significado de nuestro sufrimiento. De esta manera, sufrimos como cargas, morimos como estadísticas.

 Las semejanzas entre yacer en una guarida como un animal y yacer en un santuario para incubar son obvias y no hace falta especular si los griegos las percibían: sabemos que sí.

 Hace dos mil años, un hombre llamado Estrabón escribió un párrafo describiendo el paisaje de la Anatolia occidental. Hablaba de una zona situada al sur de Focea, en una región llamada Caria, donde él había vivido y estudiado.

 Y en el párrafo describe una famosa caverna de la zona conocida con el nombre de caronium o entrada al inframundo. Junto a ella había un templo dedicado a los dioses del inframundo: a Plutón -uno de los nombres de Hades- y a su mujer Perséfone, a la que con frecuencia se aludía como "la doncella". En griego era costumbre no mencionar por su nombre a las divinidades de los infiernos.

 Y allí, no lejos de la ciudad de Acaraca, se encuentra el "plutonium", la entrada a los infiernos. Hay allí un lugar sagrado, muy bien preparado, y un templo a Plutón y a la Doncella. Y el "caronium" es una caverna situada justo encima del lugar. Dicen que la gente que enferma y está dispuesta a someterse a los métodos de sanación que ofrecen estas dos divinidades va allí y vive durante un tiempo en el pueblo junto con los más experimentados sacerdotes. Y estos sacerdotes se acuestan y duermen en la cueva para el bien de los enfermos, y luego les prescriben tratamientos basados en los sueños que reciben. Estos mismos hombres son los que invocan el poder sanador de los dioses. 

 Pero con frecuencia conducen a los enfermos mismos a la cueva, los colocan y los dejan allí en total quietud (hêsychia), sin comida durante varios días, como si fueran animales en su guarida (phôleos). Y algunas veces quienes están enfermos tienen sus propios sueños, sueños que se toman muy en serio. Y, sin embargo, todavía entonces confían en que los otros, como sacerdotes, desempeñen el papel de guías y consejeros y los introduzcan en los misterios. Para cualquier otra persona el lugar es un territorio prohibido y mortal"


                           EN LOS OSCUROS LUGARES DEL SABER

                                                    Peter Kingsley

                                                  Ed. Atalanta