miércoles, 18 de mayo de 2022

Víctimas y Victimarios

 


 Hoy me paro y pienso ¿es esta la vida que soñaste vivir?. Y la respuesta es, NO.  No, porque nunca tuve, ni habría tenido, la imaginación suficiente para crearla. Y es maravilloso ser consciente del Misterio que encarnamos. Un guion que se improvisa a cada paso y que te lleva a descubrir rincones inéditos en    tu Alma y en el Alma del Mundo. 

 Soñar un día un sueño que te hace coger un coche y visitar un pueblo perdido en el mapa y conocer la historia que se oculta tras los visillos de sus ventanas y que te inviten a un encuentro en un pinar donde una vez fueron fusilados sus ancestros y que con tus flores blancas te reciban como "una enviada del cielo". Cuidar a una anciana en sus últimos días y descubrir que su hijo dejó a otras madres sin hijos y que eso te lleve a tratar de asimilar por qué la persona que mira a su madre con devoción, una vez fue (o es) un torturador despiadado. Acompañar en el sufrimiento a miles para iluminar el complejo caleidoscopio del alma humana. Ese fue siempre el hilo conductor...el hilo de Ariadna para no perderme...para poder abrazar a todos los que me habitan. Los de luz y los de oscuridad. Porque la que un día es vista como "mensajera de los cielos" otro día es rechazada como "demonio de los infiernos".

 "Cuando te decides a practicar la hospitalidad interior, cesa el tormento. Los yoes abandonados y descuidados forman una unidad inconsútil. El alma es sabia y sutil. Lo que tú separas, ella lo une. A medida que tu experiencia se extiende y profundiza, tu memoria se hace más rica y compleja. Tu alma es la sacerdotisa de la memoria: selecciona, filtra y reúne tus días fugaces hacia la presencia. Esta liturgia de recuerdos nunca cesa en tu interior. La soledad humana es rica e infinitamente fértil. (...) Es extraño que dos montañas puedan estar próximas durante millones de años, pero jamás puedan acercarse la una a la otra. Dos desconocidos, por el contrario, pueden descender de esas montañas, reunirse en el valle y compartir sus mundos interiores. (...) Nadie más que tú puede intuir la eternidad y la profundidad que se ocultan en tu soledad..(...) Nadie más que tú puede acceder al mundo interior que llevas dentro; tú eres la puerta y quien la custodia." - John O'Donohue


                                                              RSB