sábado, 31 de octubre de 2020

Protect us!, Ancestors

 


                                                     Beannacht  

                                                                                                        -pinchar-

                                La noche es el tiempo de la matriz


jueves, 29 de octubre de 2020

El Fruto depende del Suelo

 


                              El Suelo depende de Ti y tus Alianzas



domingo, 25 de octubre de 2020

Woven Song




 Tantas veces en mi vida me pregunté, ¿en qué me equivoqué?¿cuál fue el día, el momento, la situación que no supe leer que requirió de mí otra respuesta?. Es muy fácil echar balones fuera pero aún es más fácil culparse, fustigarse, "castigarse". Confiar en que cada uno de tus gestos y acciones, nacidos de tu sentir un aquí y ahora, forman parte de un "plan" más allá de ti, trae paz. Te ofrece paz. Sientes...paz (*).

 (*) Paz - Situación en la que no existe lucha armada / Relación de armonía entre las personas / Ausencia de ruido o ajetreo en un lugar y en un momento / Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud / En situación de igualdad después de haber saldado una deuda o devuelto un favor o una ofensa recibidos / Sin haber perdido ni ganado.


                                                              RSB


miércoles, 21 de octubre de 2020

Rachmaninoff - La profunda e inolvidable creatividad de Plutón


                                                
                                        https://youtu.be/q7z4YI0A7uc


                                            Disfruta...no te apegues.
                                       Duele...no te apegues.
                                       Siente...

                                       No te apegues.


                                               RSB


domingo, 18 de octubre de 2020

Abundancia - Dones y Recursos

 


 "El mejor lugar donde encontrar una mano que te ayude es al final de tu propio brazo"

                                            Mary Burmeister


jueves, 15 de octubre de 2020

Jin Shin Jyutsu - La realidad sin esfuerzo

 

       https://jinshinjyutsuparati.files.wordpress.com/2017/09/lcf-talk-9-7-11.pdf

  

                                              Me maravilla...

                                                la Gente sencilla, 

                                                el Arte sencillo, 

                                                la Vida sencilla.


                                                         RSB


sábado, 10 de octubre de 2020

Over and Over Again

 

                                         https://youtu.be/0JIqPaVFRik

                                        https://youtu.be/x3R0kNrXWOo


 El Jin Shin Jyutsu ("Arte del Creador a través de la persona compasiva") nos permite recordar que cada uno de nosotros disponemos de los instrumentos más simples que son necesarios para lograr el equilibrio armonioso entre cuerpo, mente y espíritu: la respiración y las manos.



sábado, 3 de octubre de 2020

Lo que NO es consentimiento

 



 Quizás lo primero que tendríamos que aprender sobre el sexo es a desaprender. Desaprender el deseo que nos han enseñado que tenemos que sentir, desaprender la vergüenza. Olvidar los cuerpos que tienen que gustarnos obligatoriamente, olvidar las prácticas que se conciben como las únicas posibles. Borrar de nuestra mente las imágenes de la pornografía comercial, olvidar el papel que nos toca jugar. Y entonces, con otros ojos, mirar muy adentro y preguntarnos qué queremos, qué nos gusta, qué nos apetece descubrir. Y mirar hacia fuera, también. Mirar todo lo que tenemos delante, no eliminar nada por defecto. Escuchar a nuestro deseo y, cuando sepamos qué queremos, escuchar a la otra persona y saber qué quiere y si es compatible. Atrevernos a dudar, a explorar, a equivocarnos, a parar en cualquier momento. Atrevernos a salir de lo que "tiene que ser" y adentrarnos en lo que nos hace vibrar.

 (...) El cuerpo tiene un peso específico en la sexualidad: la vivimos a través de él. Pero el cuerpo no está desconectado de las creencias. Al contrario, en una especie de efecto Pavlov, podemos condicionarlo para sentir o no sentir ciertas cosas. Nuestro deseo se ve afectado sin lugar a dudas por lo que creemos que tendríamos que desear, pero no solo el deseo, también el placer que nos permitimos sentir y el que intentamos no sentir porque nos avergüenza o nos sorprende.

 Así, el trabajo más arduo que debemos emprender para disfrutar de la sexualidad, de la nuestra en concreto, es escuchar al cuerpo, dejando de lado los prejuicios tanto como podamos. (...) Sobre la mentira de la biología hemos construido la catedral de la normalidad, incluso con el sello de calidad de lo que es natural, y hemos establecido un catálogo de identidades, deseos y prácticas aceptables. Las vemos representadas en todas partes de forma explícita en la pornografía y de forma implícita en las demás ficciones. Se da la paradoja de que, mientras normalizamos las violaciones y la pederastia mediante las ficciones que cosifican a las mujeres y sexualizan a la infancia, condenamos sexualidades respetuosas que no fuerzan a nadie.

 (...) Con todo esto no defiendo que cualquier tipo de sexualidad valga; las sexualidades que descansan sobre opresiones de cualquier tipo no son aceptables. Cualquier práctica sexual debe partir de la premisa de que todas las personas que participen en ella lo hagan libremente, y eso significa en condiciones de valorar riesgos y ventajas, y también en condiciones de negarse a participar si no se ve claro.

 El caso más evidente es el de criaturas y jóvenes, que evidentemente tienen vida sexual, pero que debe ser vivida entre iguales. Implicar a menores en prácticas sexuales adultas no solo es un delito, también es un crimen que atenta contra su desarrollo afectivo y sexual. Entre personas adultas también puede haber desigualdades, pero de todo ello hablaremos extensamente en el capítulo sobre consentimiento/entusiasmo.

 Una sexualidad feliz pasa por escuchar nuestro deseo, pero también es imprescindible escuchar a las personas con las que nos relacionamos sexualmente. Y abrirnos a emprender el camino apasionante de descubrir los senderos menos transitados de nuestros cuerpos, de nuestro deseo. Desvelar el secreto, compartir el tesoro, librarnos de la condena.

 (...) Si duele, le dices que duele y no hace nada por cambiarlo, no te quiere. O, por lo menos, no te quiere bien. A veces lo único que se puede hacer para no hacer daño es alejarse, y romper una relación dolorosa puede ser una forma de amor. También lo es transformarla para que todas las personas implicadas se sientan bien, si es posible.

 

 Follar, ¿por qué?

 "¿Por qué?", la pregunta fundamental que hace avanzar a la humanidad es una de las que menos nos hacemos cuando se trata de sexo. Podría parecer que la respuesta es evidente: tenemos relaciones sexuales con el objetivo de compartir placer sexual. Pero el sexo es una forma de interrelación humana que va mucho más allá y sobre la que operan las relaciones de poder presentes en las sociedades.

 (...) Muchas personas tienen relaciones sexuales cuando llegan a la adolescencia porque toca, sin plantearse nada más allá, y accediendo en ocasiones a prácticas que no les son particularmente satisfactorias simplemente "porque es lo que se hace", o lo que creen que "se hace". Se puede follar por curiosidad, para sentirse más mayor, para probar cosas nuevas o incluso por aburrimiento.

 También se puede follar para complacer a la pareja. Eso no es negativo per se; (...). El problema es cuando tener relaciones sexuales se considera una obligación, tanto si queremos tenerlas como si no, con la que hay que cumplir cada cierto tiempo.

 En el marco del catolicismo se considera una obligación de las mujeres la satisfacción sexual de los maridos, hasta el punto de que es un derecho conyugal de los hombres violar a sus esposas. Aunque esa norma ya no se formula así de explícitamente, sí que existe la idea de que en una pareja heterosexual estable la mujer tiene que "ceder" al deseo del hombre si a él le apetece. Ese es uno de los muchos pilares de la llamada cultura de la violación, que analizaremos en el próximo capítulo.

 Otro motivo por el que algunas personas tienen relaciones sexuales es porque les apetece demostrar y recibir afecto. Si es así, a lo mejor nos podemos plantear caricias, besos y proximidad física no necesariamente sexual, que reforzará el vínculo entre las personas implicadas sin las presiones que se pueden sentir durante las relaciones sexuales.

 (...) Confundir la violencia sexual con la sexualidad es como confundir un puñetazo con una caricia. Puede que estén implicadas las mismas partes del cuerpo, pero ni la intención, ni la experiencia, ni el efecto tienen nada que ver. Consiguen que crezcamos con miedo a la sexualidad inoculándonos el miedo a la violencia sexual, pintando una sexualidad desprovista del placer y del deseo, y colocando en el centro la reproducción, cuando en la práctica es anecdótica.

 

 Lo que NO enseñan las pelis porno

 Según un estudio en el que participaron 19.000 personas de todo el mundo y que llevó a cabo la empresa BitDefender, el 95% de personas adultas con menores a su cargo que tienen ordenador saben que ven porno (porque lo han descubierto mediante el historial del buscador). La media de edad a la que empiezan a ver porno son los 11 años (o sea, hay bastantes menores por debajo de los 11 años que lo ven), y la distribución de consumo por géneros es significativa. En lo que respecta a la población adulta, uno de los portales de porno más visitados afirma que su clientela se divide en 76% de hombres y un 24% de mujeres.

 Cada vez hay más gente que ve porno comercial y cada vez es gente más joven. Es innegable que lo que vemos afecta a nuestras actitudes hacia la sexualidad. Condiciona qué expectativas tenemos, qué prácticas normalizamos y consideramos deseables, pero también nos condiciona enormemente lo que no vemos. Además de reforzar una sexualidad coitocentrista y basada en el placer de los hombres cis, esconde infinidad de prácticas. Inviste la sexualidad de un aura de seriedad mecánica, de ejercicio gimnástico, y le roba la ternura, la alegría y, en definitiva, la humanidad. Como pasa en el caso de cualquier medio de transmisión de estereotipos, el problema de la pornografía más comercial no es que lo que enseña no sea posible o sea "mentira". El problema es que no es la única sexualidad posible, ni la más deseable. Y, como en cualquier representación cultural, se trata de eso, de una representación. La gente joven que se la toma como una especie de escuela de la sexualidad, que cree que imitarla es un camino para "follar bien", seguramente se decepcionará (...).

 Lo que NO es consentimiento

 Hay circunstancias en las que no decir que no o incluso decir que sí no implican necesariamente que haya consentimiento. Siempre que queremos relacionarnos sexualmente con alguien tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que esa persona lo hace libremente y que siente que puede negarse o parar en cualquier momento sin que haya consecuencias negativas (y, evidentemente, saber que yo también puedo).

 -Si la persona va bebida o drogada; quizá te apetezca mucho estar con ella e incluso es posible que esa persona en algún momento previo a la borrachera te haya hecho saber que también tiene muchas ganas de estar contigo. Pero si en algún momento está claramente bebida o drogada, es mejor dejarlo para otro día (...).

 -Si hay un desequilibrio de poder entre las personas, que podría hacer que quien está en situación subordinada no pueda decir que no...Relaciones entre docente/estudiante, persona al mando/persona trabajadora, relaciones en las que hay una diferencia de edad/de poder/de dinero significativa, relaciones en las que alguna de las personas pertenece a un grupo oprimido por el racismo, la transfobia...(...).

 -Si una persona consiente porque la otra ha mentido sobre cuestiones que son importantes para la primera, incluso legalmente se considera que no hay consentimiento. Por ejemplo, si se pacta el uso de condón y en algún momento quien lo lleva se lo quita sin avisar, eso es violación, y ha habido sentencias condenatorias por ese motivo. Otro caso típico es el que se da cuando una de las personas miente sobre el hecho de tener otras parejas (...).


 Reasignar los afectos

 Cuando propongo hablar de afectos y no de amor es porque la palabra amor la hemos vaciado tanto que hay que volver a llenarla. Mirarnos a los ojos y no decir lo que se espera que digamos, sino lo que sentimos de verdad. ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?¿Hay que amar a una persona para tratarla con respeto y desear que esté lo más cómoda posible?¿Hasta qué punto podemos compartir deseo y placer con alguien por quien no sentimos ni la más mínima simpatía?¿Qué queremos decir cuando decimos te quiero?¿Por qué lo decimos cuando no lo sentimos del todo, y por qué nos cuesta tanto decirlo cuando lo sentimos muy adentro?¿De qué tenemos miedo?.

 Uno de los miedos puede ser el rechazo. Si explico cómo me siento y no es recíproco, tendré que afrontarlo. Si actúo según sobreentendidos pero no explicito nada, siempre puedo decir que la otra persona no me ha interpretado bien. Esa estrategia es catastrófica en dos sentidos: el primero, porque los sobreentendidos se convierten rápidamente en malentendidos (...). El segundo, porque gestionar el rechazo en una sociedad como la nuestra, en la que se supone que es de las peores cosas que te pueden pasar, comporta una cierta práctica que solo se obtiene exponiéndose a él. (...) Desmitificar el rechazo es tan importante como desmitificar el amor romántico a la hora de construir relaciones sanas.

 (...) Idealmente, si nos despojamos de expectativas y mandatos, si aprendemos a decir que sí y que no sin miedo, podríamos compartir la fuente de placer inagotable y gratuita que puede ser la sexualidad. Pero para eso hay que dejar de usarla como herramienta de poder, de control, de sumisión. Tanto a nivel colectivo como personal. Eso sí que sería una verdadera revolución.

 (...) Desterrar el placer de las relaciones estables y, a la vez, despojar de afecto a las relaciones sexuales esporádicas nos aboca a las sexualidades de consumo, en las que amor y deseo solo van de la mano durante un tiempo breve, al principio de la relación, y en las que hay que romper una relación para tener otra más excitante. Me niego a aceptar esa burda simplificación de las infinitas posibilidades humanas de amar disfrutando y de disfrutar amando. Exijo una vida en la que sea posible mantener la aventura de explorar el deseo y el placer con las personas con las que te relacionas durante mucho tiempo, y también de tratar con afecto y respeto a las personas con las que exploras el placer esporádicamente. Contra la tiranía de las relaciones pret-a-porter, la revolución de los afectos elegidos.

 

 Grietas.

 Solo desde ellas se hace posible la fuga. Fuga que en absoluto es huída. Es la fuga el camino que nos permite prender fuego a lo aprehendido. Y es que necesitamos un incendio. Necesitamos arder para reconocernos en cuerpo y cuerpo. Porque en esto del follar hemos dejado el cuerpo en manos de la Propaganda. Follamos como quieren que follemos, como creemos que se folla, como vemos follar en los vídeos de 23 minutos. Follamos sin sentirnos, sin cuestionarnos, con mente de plástico. Follamos sin cuerpo.

 (...) No hay revolución sin grietas. Tampoco sin cuerpos. Menos aún sin textos que busquen dinamitarnos para revolvernos, para exorcizarnos, para posibilitar -con esta urgente pira- espacios en los que olerse, besarse, lamerse, tocarse, mirarse, susurrarse...

 Así sí...-me respondo en un suspiro- así podría ser. Así, desde las ascuas de este gran incendio, habitando este cuerpo renacido en la tormenta de un inclemente parto de 29 horas, podría dejarme acariciar de nuevo.


Sin deberle nada a nadie, podemos optar por la generosidad. Sin que nadie nos deba nada, podemos pedir lo que nos gustaría


                                        ¿FOLLAMOS? de BEL OLID

                           (Fragmento final en negrita de ERIKA IRUSTA)

                                             -los subrayados no son de la autora-

                                                         Ed. Bridge

                                      


 Siempre me ha resultado curioso que todos los considerados Grandes Maestros Espirituales hayan sido hombres. Pocas mujeres son reconocidas como tal. Y las pocas que son reconocidas lo son por ser brillantes y sacrificadas discípulas-seguidoras de una corriente espiritual iniciada por un Maestro Hombre. Pero en mi recorrido vital en esta encarnación han sido mujeres, pequeñas y desconocidas vidas de Grandes Mujeres, las que me han inspirado, guiado y cuidado (*). Las que me han recordado, una y otra vez, cómo manifestar una espiritualidad REAL, GENEROSA, TANGIBLE y CERCANA. Y su mensaje siempre ha sido el mismo: Sé tú misma. Respétate, ámate, cuídate...y el Amor brotará de ti de forma espontánea. Sin castigar tu cuerpo más allá de lo que te soliciten las condiciones de vida elegidas.          Sin sacrificar tu esencia. Sin esforzarte por ser o parecer lo que no eres. Sin huir de las circunstancias que te haya tocado vivir.

 Para mí la verdadera espiritualidad nace de encontrar un punto medio entre el Cielo y la Tierra. Ese escurridizo y huidizo punto medio que te permite sentir-experimentar en un espacio limitado, temporal y reducido, como es el cuerpo, la inmensidad de lo que se encuentra más allá de la materia (sin voladuras pero tampoco sin grandes apegos o densidades) y que te posibilita generar a tu alrededor un oasis de paz (**) y fertilidad. Y nadie como una mujer para mostrarte este camino. Porque nadie como ella sabe (aunque a veces se le olvide o la lleven a olvidar) de la grandeza que encierran las pequeñas cosas.


 (*) Sin que esto suponga no tener en cuenta la aportación de muchos hombres al "bien general"                                        

(**) Entendida no como una ausencia de confrontación pero sí como una ausencia de proyección y culpabilidad, de miedo y vergüenza. En el que cada uno se responsabiliza de la experiencia propia compartiendo y comunicando con sinceridad su propia realidad.

                            

                                                              RSB

     

 Las revoluciones científicas, casi por definición, desafían el sentido común. Si todas nuestras nociones de sentido común acerca del universo fueran correctas, hace años que la ciencia habría resuelto los secretos del universo. La ciencia se propone quitar la capa de la apariencia de los objetos para revelar su naturaleza subyacente. De hecho, si apariencia y esencia fuesen lo mismo, no habría necesidad de ciencia - MICHIO KAKU