miércoles, 20 de julio de 2022

Regent's Park


                                       Ponte das Penas. Camino de Santiago. A Coruña.


 En el zen se dice: "Antes de empezar a practicar la meditación, veía que las montañas eran montañas, que los ríos era ríos. Mientras practicaba, veía que las montañas ya no era montañas, que los ríos ya no eran ríos. Y después de practicar, vi que las montañas eran verdaderamente montañas, que los ríos eran verdaderamente ríos". Esta mirada nos libera.

 A veces, los maestros y maestras zen necesitan inventar palabras nuevas, sobre todo cuando las antiguas enferman, pierden su significado. El maestro zen del siglo IX d.C. Lin Chin acuñó el término "persona auténtica". Estas dos palabras son muy importantes. Ese maestro dijo que tenemos que vivir y practicar la plena consciencia de forma tal que nuestra persona auténtica se revele, una persona que no se halla en el espacio o en el tiempo. No tiene coordenadas. Como un electrón en el campo de la física, no puede ser aprehendido. Sentados aquí, ahora, vemos que el planeta está ahí, con sus montañas, sus ríos y cielo, e intersomos con todos esos elementos. Las nubes están en el cielo, pero también están en nosotros. Afuera brilla la luz del sol, pero también brilla en nosotros.

 Cuando ocurren catástrofes o desastres naturales y mueren miles de personas (...) nosotros también morimos con ellas. Porque intersomos con ellas. (...) Las personas que mueren en catástrofes naturales han muerto por nosotros, y nosotros vivimos por ellas. La forma en que nosotros vivamos ahora puede dar sentido a su muerte. Nosotros seguimos vivos, y ellas siguen vivas en nosotros."


                ZEN y el arte de cambiar el mundo. THICH NHAT HANH. 
                                                    
                                                         Ed. Urano