miércoles, 27 de septiembre de 2023

El Techo Amarillo - Lo que pasaba y sigue pasando

 

               https://ww.rtve.es/play/videos/el-techo-amarillo/     


 
 ¿Puede el tren salirse del carril que se ha forjado a base de pasar una y otra vez por la misma vía?. Mi experiencia personal es...que no. ¡Ojalá pudiese decir otra cosa!. Hay caminos prohibidos cuando uno ha transitado demasiado por ellos. ¿O acaso un ex-alcohólico puede volver a tomar alcohol y no caer en el mismo abismo de nuevo?. Pero sí hay experiencias en la vida que definitivamente "te curan" de deseo y necesidad.  Aunque tengan que pasar más de treinta años para que eso suceda y sin que tengas que pellizcarte para comprobar que no estás ni muerta ni anestesiada.


                                                               RSB

martes, 19 de septiembre de 2023

Frieda Belinfante - Una Vida

                                       



"Cuando andas a la caza de historias de mujeres que se empotraron hace mucho, es una bendición encontrar un testimonio directo. Un diario. Una carta. Unas memorias. No son frecuentes, así que cuando te cruzas con uno, lo atesoras porque tiene un valor incalculable. Imaginaos entonces mi emoción cuando supe, mientras leía sobre la historia de Frieda Belinfante, que existía un vídeo de una entrevista de más de siete horas grabada un año antes de su muerte. Al día siguiente, libreta en mano, me dispuse a disfrutar de la historia de Frieda en sus propias palabras. Una experiencia absolutamente mágica.

 Esta historia comienza a principios del siglo xx, cuando un señor pianista decide formar una banda de música con sus cuatro hijos y le da a cada uno un instrumento aleatorio para ver si tienen talento. Tengo preguntas sobre este método, pero no seré yo quien juzgue el acercamiento pedagógico de un padre hacia sus hijos. Desgraciadamente para nuestro señor pianista, solo una de sus hijas, Frieda (a la que le había endilgado el violonchelo), había heredado su talento musical.

 Eso sí, había heredado un talento que compensaba por los cuatro.

 Frieda Belinfante nació en Amsterdam, en 1904. Generalmente, Frieda hacía lo que le daba la gana, porque cuando le pedía permiso a su madre para hacer algo, ésta siempre le decía que le preguntara a su padre y cuando le preguntaba a su padre, este le respondía que hiciera lo que le diera la gana. Como veis, un circuito sin fisuras.

 Tampoco os voy a mentir; se intuye, por la forma en la que Frieda lo cuenta, que, en realidad, su padre le daba permiso porque sabía que su hija iba a hacer lo que le diera la gana de todos modos.

 Según la hermana de Frieda, todo el mundo andaba detrás de ella cuando era adolescente, tanto los zagales como las zagalas (aunque a ella solo le interesaban las zagalas). No necesariamente porque fuera guapa, sino porque estaba muy segura de sí misma y llena de vida. Además, Frieda venía equipada con una función poco común y altamente atractiva: como te descuidaras, te arreglaba la vida. No, no es broma.

 La primera vez que Frieda se pasó tres pueblos ayudando a alguien tenía dieciséis años. Una amiga rusa había cumplido los veintiuno y quería volver a su país para casarse con su prometido, pero las autoridades no le daban los papeles. Frieda decidió que eso no estaba bien y que había que arreglarlo (el concepto "autoridades" era bastante relativo para ella). Falsificó un pasaporte para su amiga que debió de salirle bastante bien, porque coló. Además, ahorró dinero, le compró un billete de tren y un día, de madrugada, la acompañó hasta la estación (...). 

 Yo no sé muy bien qué deciros de todo esto. Yo a los dieciséis años estaba, no sé, aprendiendo a freír un huevo, probablemente.

 (...) Frieda murió en Santa Fe con noventa años, en 1995. Su nombre y sus actividades durante la guerra habían quedado completamente olvidados y tan solo un par de años antes de su muerte se empezarían a reconocer sus hazañas.

 Todos los que la conocían dicen que nada la detenía. Ya fueran problemas de salud, de dinero, profesionales, prejuicios contra su sexualidad o la ocupación nazi. Nada podía pararla porque tenía una confianza absoluta en sus acciones, en la necesidad de posicionarse y de ayudar a los demás. Si alguien tenía problemas, actuaba. Si algo no le parecía justo, lo arreglaba. Incluso creyendo que no saldría viva de la guerra, todos los días luchaba por dejar atrás un mundo mejor que el que se había encontrado. Os dejo con una de las frases con las que me conquistó cuando estaba viendo la entrevista: "Siempre ayudo a otra gente; si se lo merecen o no, eso viene después. No todos se merecen el esfuerzo, pero el esfuerzo siempre merece la pena".

 Palabras pronunciadas por una mujer de aspecto ya frágil, pero con la voz suave y la mirada clara. Una presencia todavía sólida en su traje de chaqueta blanco, desovillando la historia poco a poco con una sonrisa honesta. Yo nunca voy a olvidar la tarde que pasé escuchándola y espero que desde ahora vosotros no olvidéis nunca su nombre.

 Frieda Belinfante. Violonchelista de éxito, pionera en el mundo de la dirección de orquestas y azote de los nazis."


                      SEÑORAS QUE SE EMPOTRARON HACE MUCHO

                                              CRISTINA DOMENECH

                                                           Ed. Plan B