jueves, 16 de junio de 2022

A los que vivieron y trabajaron por las generaciones futuras.

                                                                   



Sobre el título de este libro:

"En estos días inolvidables se levantó, con la solemnidad que requería el caso, el escudo de la Escuela con el lema que decía Saber es hacer. El que no hace no sabe. (...) todo revelaba el espíritu práctico de la institución y el designio de dar a los alumnos la fortaleza fisica que habían de necesitar cuando fueran ingenieros para servir al Estado en esta penosa carrera"- Bernardo de la Torre (1866). Ingenieros de Montes. Recuerdos de la fundación. Manuscrito, 22pp.

 "...a estos dos campos, a la Herrería y a Abantos, hemos podido asimilar siempre todos los paisajes que hemos ido conociendo después; al campo fácil, riente, accidentado pero suave, con verde yerba, flores y peñas redondeadas, en donde uno busca instintivamente el consuelo y el reposo cuando está triste y cansado; y al otro campo, hosco, duro, fuerte, quebrado, con alturas y horizontes, donde a cambio del recio trabajo, y del sudor que cuesta vencerlo, se encuentra el premio del encanto maravilloso de lo desconocido, de la contemplación de otros mundos que uno no sospechaba; mundos pequeñitos, claro está, pero que dan la sensación, a la edad a la que nosotros los vimos, de ser países lejanos e ignorados, remotos, misteriosos, y nos adentrábamos en ellos con los ojos muy abiertos, y la atención expectante, como debieron entrar en la tierra americana sus primeros descubridores"

Gonzalo Ceballos. 1938-1951. El Escorial y lo que le rodea. Descripiciones y recuerdos de hace 25 años.