miércoles, 20 de julio de 2022

Regent's Park


                                       Ponte das Penas. Camino de Santiago. A Coruña.


 En el zen se dice: "Antes de empezar a practicar la meditación, veía que las montañas eran montañas, que los ríos era ríos. Mientras practicaba, veía que las montañas ya no era montañas, que los ríos ya no eran ríos. Y después de practicar, vi que las montañas eran verdaderamente montañas, que los ríos eran verdaderamente ríos". Esta mirada nos libera.

 A veces, los maestros y maestras zen necesitan inventar palabras nuevas, sobre todo cuando las antiguas enferman, pierden su significado. El maestro zen del siglo IX d.C. Lin Chin acuñó el término "persona auténtica". Estas dos palabras son muy importantes. Ese maestro dijo que tenemos que vivir y practicar la plena consciencia de forma tal que nuestra persona auténtica se revele, una persona que no se halla en el espacio o en el tiempo. No tiene coordenadas. Como un electrón en el campo de la física, no puede ser aprehendido. Sentados aquí, ahora, vemos que el planeta está ahí, con sus montañas, sus ríos y cielo, e intersomos con todos esos elementos. Las nubes están en el cielo, pero también están en nosotros. Afuera brilla la luz del sol, pero también brilla en nosotros.

 Cuando ocurren catástrofes o desastres naturales y mueren miles de personas (...) nosotros también morimos con ellas. Porque intersomos con ellas. (...) Las personas que mueren en catástrofes naturales han muerto por nosotros, y nosotros vivimos por ellas. La forma en que nosotros vivamos ahora puede dar sentido a su muerte. Nosotros seguimos vivos, y ellas siguen vivas en nosotros."


                ZEN y el arte de cambiar el mundo. THICH NHAT HANH. 
                                                    
                                                         Ed. Urano


jueves, 16 de junio de 2022

A los que vivieron y trabajaron por las generaciones futuras.

                                                                   



Sobre el título de este libro:

"En estos días inolvidables se levantó, con la solemnidad que requería el caso, el escudo de la Escuela con el lema que decía Saber es hacer. El que no hace no sabe. (...) todo revelaba el espíritu práctico de la institución y el designio de dar a los alumnos la fortaleza fisica que habían de necesitar cuando fueran ingenieros para servir al Estado en esta penosa carrera"- Bernardo de la Torre (1866). Ingenieros de Montes. Recuerdos de la fundación. Manuscrito, 22pp.

 "...a estos dos campos, a la Herrería y a Abantos, hemos podido asimilar siempre todos los paisajes que hemos ido conociendo después; al campo fácil, riente, accidentado pero suave, con verde yerba, flores y peñas redondeadas, en donde uno busca instintivamente el consuelo y el reposo cuando está triste y cansado; y al otro campo, hosco, duro, fuerte, quebrado, con alturas y horizontes, donde a cambio del recio trabajo, y del sudor que cuesta vencerlo, se encuentra el premio del encanto maravilloso de lo desconocido, de la contemplación de otros mundos que uno no sospechaba; mundos pequeñitos, claro está, pero que dan la sensación, a la edad a la que nosotros los vimos, de ser países lejanos e ignorados, remotos, misteriosos, y nos adentrábamos en ellos con los ojos muy abiertos, y la atención expectante, como debieron entrar en la tierra americana sus primeros descubridores"

Gonzalo Ceballos. 1938-1951. El Escorial y lo que le rodea. Descripiciones y recuerdos de hace 25 años.


miércoles, 18 de mayo de 2022

Víctimas y Victimarios

 


 Hoy me paro y pienso ¿es esta la vida que soñaste vivir?. Y la respuesta es, NO.  No, porque nunca tuve, ni habría tenido, la imaginación suficiente para crearla. Y es maravilloso ser consciente del Misterio que encarnamos. Un guion que se improvisa a cada paso y que te lleva a descubrir rincones inéditos en    tu Alma y en el Alma del Mundo. 

 Soñar un día un sueño que te hace coger un coche y visitar un pueblo perdido en el mapa y conocer la historia que se oculta tras los visillos de sus ventanas y que te inviten a un encuentro en un pinar donde una vez fueron fusilados sus ancestros y que con tus flores blancas te reciban como "una enviada del cielo". Cuidar a una anciana en sus últimos días y descubrir que su hijo dejó a otras madres sin hijos y que eso te lleve a tratar de asimilar por qué la persona que mira a su madre con devoción, una vez fue (o es) un torturador despiadado. Acompañar en el sufrimiento a miles para iluminar el complejo caleidoscopio del alma humana. Ese fue siempre el hilo conductor...el hilo de Ariadna para no perderme...para poder abrazar a todos los que me habitan. Los de luz y los de oscuridad. Porque la que un día es vista como "mensajera de los cielos" otro día es rechazada como "demonio de los infiernos".

 "Cuando te decides a practicar la hospitalidad interior, cesa el tormento. Los yoes abandonados y descuidados forman una unidad inconsútil. El alma es sabia y sutil. Lo que tú separas, ella lo une. A medida que tu experiencia se extiende y profundiza, tu memoria se hace más rica y compleja. Tu alma es la sacerdotisa de la memoria: selecciona, filtra y reúne tus días fugaces hacia la presencia. Esta liturgia de recuerdos nunca cesa en tu interior. La soledad humana es rica e infinitamente fértil. (...) Es extraño que dos montañas puedan estar próximas durante millones de años, pero jamás puedan acercarse la una a la otra. Dos desconocidos, por el contrario, pueden descender de esas montañas, reunirse en el valle y compartir sus mundos interiores. (...) Nadie más que tú puede intuir la eternidad y la profundidad que se ocultan en tu soledad..(...) Nadie más que tú puede acceder al mundo interior que llevas dentro; tú eres la puerta y quien la custodia." - John O'Donohue


                                                              RSB