Cuando acompañas a otros en la enfermedad te confrontas contigo misma. En sus fortalezas ves las tuyas y en sus "wrongdoing", también. Y muchas veces te preguntas, ¿si uno hubiese hecho o dejado de hacer, si hubiese tomado otro tipo de decisiones, "dónde" se encontraría hoy, con qué dudas tendría que confrontarse diferentes o parecidas?. Y la respuesta siempre es la misma. En el mismo lugar. En ese lugar en el que solo puedes y debes aceptar "los precios" de tus acciones y confiar en que hayas sido capaz de desarrollar en ti la sufiente compasión y bondad que te permita sostener esas dudas más allá de las certezas.
RSB
"La inocencia solo puede ser sabiduría en un mundo sin maldad"
Entiendo perfectamente que en el hundimiento del Titanic hubiese algunos locos que se dedicasen a tocar y escuchar música en los últimos instantes de su vida. Escuchar determinadas canciones o a determinados músicos te hace sentir en casa, a salvo, sin preocupaciones. Siempre me pasó con el Jazz. Me puedo imaginar en medio de una guerra o en medio de una catástrofe natural escuchando Jazz y sintiéndome en paz.
Con las navidades me pasa lo mismo. De niña, como todos los niños, la esperaba con emoción. Pero no solo por los regalos y las vacaciones del colegio, también por la nieve, por la música, por la luz en la niebla, por películas como Un cuento de Navidad, Qué bello es vivir o El maravilloso mundo de los hermanos Grimm; por las nuevas posibilidades que se intuían en un año nuevo después de, quizás, "un año de mierda". Había muchas cosas que influían para que esa época se sintiese como un paréntesis en lo que en ese momento transcurría en mi vida. No creo que sea casualidad que mi hija decidiese llegar a este mundo...en el día de Navidad.
"El consejo que doy a la gente joven de hoy en día es exactamente el mismo que mi madre me dio cuando yo tenía 10 años y dije: voy a crecer, me iré a África, viviré con los animales salvajes y escribiré libros sobre ellos. Todo el mundo se rio de mí. Cómo podría hacerlo?. No teníamos dinero, la II Guerra Mundial estaba en su punto álgido, yo era solo una niña...Pero mi madre siempre me había dicho, si realmente quieres conseguir algo, tendrás que trabajar duro, tendrás que aprovechar cada oportunidad que se te presente y nunca renunciar. He tomado prestado ese mensaje para transmitirlo a toda la juventud del planeta"
"El entrenamiento para ser un bodhisattva se basa en el desarrollo de seis virtudes principales. (...) La sexta virtud es realmente la más importante de todas. La sexta virtud consiste en ser inteligente en un sentido muy específico. Es necesario mantener ese sentido específico de inteligencia a la hora de practicar todas las virtudes. Necesitas una generosidad inteligente, una ética inteligente, una tolerancia inteligente, una perseverancia inteligente y una concentración inteligente. Esta inteligencia -o sabiduría- se basa en ver las cosas con una mente abierta y no oscurecida por las ideas preconcebidas"
Medicina y Compasión. Consejos de un lama tibetano para cuidadores.