jueves, 11 de diciembre de 2014

Invisibles No.......a mis ojos.




 Recién estrenada mi andadura "profesional" solicitaron mi participación en unas jornadas sobre el SIDA. Solo tienes que hablar sobre tu trabajo en la Unidad de Atención Domiciliaria de personas en fase terminal de SIDA. "Fácil".
 El hotel era impresionante y más impresionante aún encontrarme con veintipocos años frente a unas trescientas personas -entre ellas periodistas, asociaciones y ONGs activistas "contra esta enfermedad"-. Cuando se inició mi presentación el cuerpo entero me temblaba como hoja sacudida por el viento pero...poco a poco...todo se fue silenciando. En verdad era fácil. Fácil hablar acerca de algo que me inspiraba tanta entrega y pasión. Fácil transmitir cuando lo que compartes te ilumina por dentro como un farolillo. A los pocos minutos de iniciar la ponencia podía ver esa luz en las miradas y en las sonrisas de las personas que me escuchaban. Fue todo "un éxito"; pero cuando se hizo un descanso, de repente, y sin esperarlo, me encontré rodeada por una multitud de "desconocidos" que me solicitaban como si yo tuviese la respuesta a todos sus interrogantes. Me miraban pero no me veían. No era yo la imagen que se dibujaba en sus anhelantes miradas o en todo caso...no era solo eso. Sentía en mis manos un poder entregado que ni quería ni me correspondía.
 Cuando finalizó el día me dije a mí misma que esa sería la primera y la última vez que haría algo parecido.

 Después de veinticinco años sigo creyendo en lo mismo. Sigo creyendo en las personas que tratan de dar lo mejor de sí mismas -CADA DIA- deslizándose por la vida casi...sin ser vistas. Sigo creyendo en aquellos que tratando de dar lo mejor...tropiezan...se pierden...y sin esconderse tras máscaras, apariencias o personajes...se levantan con el corazón dolorido...y continúan ofreciendo
lo mejor de sí.




 RSB