un doble caballo-solar-escatológico.
Ambos tenían dieciséis años. Durante casi un año coincidieron en la misma sala a la hora de ponerse la quimioterapia. Uno se quedó; el otro...voló.
Hace unos meses volvimos a encontrarnos.
Son curiosos los reencuentros. Uno cree estar encontrándose "de viejo" pero nunca es así. Uno cree conocer quién es la persona con la que se re-encuentra (quizás, por esos pequeños detalles que creemos reconocer) cuando en realidad...ya no es la que era. Aunque siempre quedan los suficientes retazos de memoria enredados y entrelazados con lo que uno es hoy que permiten "recordar" desde una perspectiva...absolutamente diferente.
Tenía de aquellos días recuerdos entremezclados. Recordaba mi mano cuando le apartaba el flequillo de la cara, mi enorme barriga de ocho meses de embarazo correteando de un lado a otro procurando atender a unos y a otros. Recordaba el olor -a fármaco, a enfermedad, a vómito-, los chistes de Luis -su compañero de camino-, la música que tratando de "suavizar" el ambiente poníamos de fondo en la sala (música que a posteriori provocaría en él el efecto contrario; cada vez que volvió a escucharla, incluso años después, no pudo evitar que unas nauseas incontrolables estremecieran todo su ser)...Buenos y malos recuerdos entrelazados, entremezclados. Inolvidables. Inseparables.
Se alegró del encuentro. Yo también. De hecho estaba encantado de haberse "re-encontrado" conmigo...en el hospital. Mi presencia aliviaba su angustia -la de hoy, la de ayer- pero sabía yo también -porque él no fue ni el primero ni el último que así me lo expresó o demostró- que prefería no tener que verme en ninguna otra circunstancia.
Así fue y así hubo de ser con muchos -no con todos- en el camino.
RSB
PD. dedicado a JLR. Hombre...que siempre entrelazando buenos y malos recuerdos del y en el
camino después ríe siempre...conmigo. No delante. No detrás. Conmigo.
