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La sombra alargada del hombre pequeño
El único reconocimiento que hizo la Iglesia -como institución creada por
el hombre (género masculino) y antecesora del islamismo junto con el judaísmo- de nuestra naturaleza terrenal fue la Maternidad. Unica opción que se le daba a una mujer, pecadora de nacimiento e instrumento del demonio, de poder redimir su pecado de "ser mujer". Pero claro, aceptando
que su papel de madre siempre sería imperfecto; nunca podría emular a
"la Mujer que concibió más allá de todo pecado y acompañó a su Hijo incondicionalmente hasta la muerte". Y esa creencia ha calado profundamente en la psique de todo hombre (género masculino). Siempre balanceado, en su mundo de ideas y creencias, entre "el poder" de su angel
y "el poder" de su demonío, sin darse cuenta de que hay un Hombre
más allá de todo eso al que espera una Mujer que ya no es
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ni Diosa ni Santa ni Puta.
RSB