miércoles, 3 de enero de 2024

Sedna - Espíritu del Mar

 

                                           Ilustración de Alexi Francis                                        

                                         Ilustración de Elicia Edijanto


                                Uiniyumayuituq - "la que no quiere esposo"

                                Nuliayuk  - "Madre de los animales"

                                Imaqukûa  - "Madre del Mar"

                               Takannaluk  Arnaluk - "Mujer de las profundidades"


 "Según el mito, Sedna era una joven muy bella que tenía numerosos pretendientes inuit a los que rechazaba. Un día comenzó a cortejarla un fulmar boreal, un tipo de ave ("Fulmarus glacialis"), que le prometió una vida a su lado llena de lujos en la que Sedna no pasaría necesidades. Sedna aceptó casarse con él, pero cuando llegó a la Tierra de las Aves descubrió que su esposo la había engañado, su vivienda era una pobre tienda rota y allí solo comían pescado. Su padre fue a visitarla y ella le pidió que la llevara de vuelta a casa. El padre mató al fulmar y huyeron en una embarcación. Los otros fulmares querían venganza y provocaron una tempestad en el mar. El padre era un cobarde y decidió arrojar a Sedna por la borda para que los fulmares le perdonasen. Sedna se agarró al borde de la embarcación y su padre le cortó las puntas de los dedos, que se transformaron en ballenas. Ella siguió aferrada al bote y su padre le cortó las falanges medias, que se convirtieron en focas anilladas ("Pusa hispida"). Sedna seguía agarrada a la embarcación y su padre le cortó las falanges proximales, que al caer al agua se transformaron en focas barbudas ("Erignathus barbatus"). La tormenta cesó y Sedna volvió al bote, pero juró vengarse de su cruel padre. Al llegar a casa, el padre se quedó dormido y ella le pidió a los perros que se comieran los pies y las manos de su padre. Este, al despertar y ver sus miembros mutilados, maldijo a su hija, a los perros y a sí mismo. Entonces la tierra se abrió y se tragó la vivienda, con Sedna, su padre y los perros, que desde entonces viven en las profundidades del mar.

 Las divinidades inuit se denominan "inua". Los "inua" eran personificaciones de las fuerzas naturales. Había tres "inua" principales: el del mar, Sedna o Nuliayuk, la madre de los mamiferos marinos; el de la luna, Tatqiq o Pinga, guardián de los animales terrestres; y el del clima y el aire, Sila o Hila. Para que los tres "inua" principales así como los espíritus de los animales estuvieran contentos tenían que cumplir muchos tabúes o prohibiciones, si no eran respetados habría escasez de presas, hambre, mal tiempo y enfermedades.

 Los mamíferos marinos eran la presa principal de los inuit, especialmente la foca anillada o "nettik". Si no se respetaban los tabúes relacionados con los mamíferos marinos, a Sedna se le ensuciaba el cabello, como represalia dejaba de enviar animales, provocando el hambre. Los chamanes, "angakkoq", hacían un viaje a su residencia en las profundidades para apaciguarla, limpiando y peinando su cabello. Ella no podía hacerlo por sí misma porque no tenía dedos. De esa forma el equilibrio era restaurado y Sedna liberaba a los animales.

 Los primeros misioneros se instalaron en la península del Labrador en el siglo XVIII, pero en la mayoría de regiones inuit de Canadá se establecieron a principios del siglo XX. La actividad misionera provocó la conversión al cristianismo de los inuit. La religión tradicional era vista como superstición o prácticas diabólicas para los misioneros, que sustituyeron a los chamanes como líderes espirituales. En la actualidad los inuit son cristianos, hay ancianos que piensan que el mundo espiritual sigue existiendo, pero se ha vuelto inactivo por la acción del cristianismo".


                              Fuente - Museo Nacional de Antropología



 Dedicado a mi hermano con quien viajé anoche en mis sueños a un lugar desde donde pude ver "desde arriba" aguas repletas de focas, morsas y leones marinos.


                                                            RSB


                 https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2013/06/piel-de-foca-piel-de-alma-1.html

                 https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2013/06/piel-de-foca-piel-del-alma-2.html

                 https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2013/06/piel-de-foca-piel-del-alma-3.html

       https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2012/05/la-mujer-esqueleto.html


sábado, 23 de diciembre de 2023

Yo esto no me lo quiero perder




       https://youtu.be/83BMcW4vI7U?si=C-MNWOc_3rYB7Rau   (*)




                              ¿Qué se gana o se pierde
                              en este trato humano con las sombras,
                              en este abandonarse a los asuntos del alma
                              si la vida en el fondo no nos hace
                              mejores ni peores,

                si la vida en el fondo nos persuade de que nada está a salvo?

                              Siempre hay alguien que cuida.
                              Siempre hay alguien que se queda despierto,
                              el vigilante
                              que le dice a la noche que pase para todos,
                              pero no para él.


                              Fragmento de Siempre hay alguien que cuida
                                      del Poemario El baile de los pájaros
                                                   
                    
                                                    Basilio Sanchez

    
                     
(*) Gracias Xabi. Trabajar contigo no solo fue inspirador sino también revelador de lo que a veces nos impide manifestar lo que somos en esencia. Lo que compartimos desde la palabra y la acción no siempre está a la altura de lo que somos en el silencio.
 Por eso no puedo estar de acuerdo con la conclusión final (aunque no fuera dicha por ti): "la justificación de la existencia del sufrimiento es la generación de Amor". Una conclusión perversa que es el origen de los callejones sin salida a los que ha conducido la Iglesia como institución. Es la falta de Amor hacia nosotros mismos lo que genera sufrimiento (que no dolor); y es a través de ese camino de soledad y alejamiento o autoenajenación humana que podemos o no regresar a Él y comprender que la elección...siempre fue nuestra. - RSB


domingo, 17 de diciembre de 2023

Nudo Gordiano

 

 
 Cuando tu propio padre te dice lo que ya sabías que iba a responder pero esperabas no tener que escuchar una vez más en tu vida, que no va al hospital a acompañar a su hijo que acaba de sortear por casualidad (en la que no creo) o destino el umbral de la muerte, su hijo que se encuentra en ese espacio-tiempo en el que la enfermedad repentina nos coloca: las puertas del "infierno" o del "cielo" que ha sido nuestra vida, porque, según él, "no va a servir de nada y además voy a pasarlo mal" (*), vuelves a darte cuenta que en esta existencia hay muchas vidas. Hay unos que son conscientes de ellas y otros solo son capaces, en apariencia, de mirar su ombligo. Hay unos que experimentan una sola existencia y otros, en cambio, son capaces de vivir muchas vidas en una. ¿Es eso reflejo de lo que llegará cuando nos desliguemos de este cuerpo?. No sabemos; porque el paisaje reflejado no es el mismo que el que yace bajo la superficie del agua. Lo que sí sabemos es que un día se presentará la espada que nos libere...y en ese instante...lo sabremos.

 (*) Seguramente mi respuesta se pareció más a la del "despiadado" Plutón que a la del "nebuloso y huidizo" Neptuno y, seguramente, en algún momento, también me arrepentiré de ello; pero todos llevamos una mochila y no podemos dejar de sentir y de actuar según su peso cada día.


                                                        
                                                            RSB


 
"En las entrañas del hospital, en el mundo difuminado que engendra la enfermedad, en el temor crepuscular del inframundo psicológico, los pacientes penetran en el reino de Ereshkigal, donde llegan a comprender que su identidad y su vida anterior ha muerto, al menos por un tiempo, acaso para siempre. Esto puede suponer un punto de inflexión para el alma: enfrentarse a la posibilidad de quedar impedido o morir puede operar un cambio de rumbo, modificar completamente las prioridades y traer a primer plano cuestiones acerca del sentido o sinsentido del modo en que vivimos nuestra vida, acerca de lo que realmente nos importa, y si nosotros mismos importamos algo. Para el yo, que había mantenido la ilusión de controlar el destino, a menudo es un momento depresivo. Si la persona delega en su alma la dirección de sus pasos en el inframundo, se producirán hallazgos inesperados. Porque lo que en definitiva importa no es lo que nos ocurre, sino cómo reaccionamos a ello; esa reacción puede cambiar drásticamente nuestra vida."

                                                                        Jean Shinoda Bolen
                                                                        "El sentido de la enfermedad. Un viaje del alma"


          



viernes, 3 de noviembre de 2023

La Luz que no puedes Ver

 

                     https://youtu.be/peXNFifynhg?si=MslMv7F6bq8IeCnC

            https://lasgemelasfrancis.blogspot.com/2013/07/singularidad.html


                                El Intento y La Voluntad

 

 Liberarse de "la sombra" de las personas que han hecho girar "la Rueda de tu Vida" requiere camino, esfuerzo y voluntad. La ira, la culpa y la proyección son callejones sin salida que le restan fuerza a tu objetivo principal. El objetivo de vivir tu propia vida según las directrices de la luz encarnada en ti. Solo yo puedo ser yo. Solo tú puedes ser tú. La Verdad última de un ser humano es la Verdad última de una familia, una sociedad, un país, un planeta...Las pequeñas verdades que conducen a esa Verdad solo te pertenecen a ti.


 Soñé con un tren lleno de gente. Yo observaba desde fuera los vagones "dilatados" por la presión y la falta de espacio en su interior. La extrañeza de ver vagones de acero inflados como globos no despertó mi lucidez en el sueño. El tren llegaba a una vía muerta y todos los pasajeros salían en fila de su interior. En ese momento yo era una más entre ellos. Había dos contenedores de basura. Me hizo gracia pensar lo organizada que teníamos la basura pero ese pensamiento no me hizo despertar en el sueño. Yo empujaba un contenedor amarillo y otro más atrás empujaba uno verde. Nos dirigíamos hacia un lugar...Tomé la cabecera de la fila. Todos me seguían a mí. Llegué a una bifurcación. Un camino se veía más iluminado que el otro. Yo quería ir por el más iluminado; no sé cómo pero sabía que era el más directo y corto para llegar a ese lugar. Pero él habló. No consigo librarme de este personaje en los sueños aunque aparentemente lo haya hecho en la vida real. Dijo: "iremos por la C/ Limonero s/n". En ese momento pensé, "¿por qué no?, soy muchos, no quiero cargar con la responsabilidad de equivocarme". Caminábamos uno detrás de otro por una carretera por la que al principio pasaban coches. Llegamos a una rotonda con un control de policía. Pensé, "ya está, nos van a detener y nos obligarán a regresar por donde hemos venido. Mejor disculparse y ser lo más amable y simpático posible". Nos dejaron continuar. El camino se hizo desolador. No había nada, ni árboles, ni casas, ni coches, ni paisaje; solo camino. El ritmo era cada vez más rápido, casi volábamos. Recuerdo dejarme llevar por el contenedor de basura arriba y abajo en las ondulaciones que hacía la carretera y reírme por el cosquilleo de la velocidad. Esta sensación de volar tampoco me hizo despertar en el sueño. Llegó un momento en que ya no había descensos, solo ascenso, y ya no era posible empujar el contenedor de basura, solo podíamos subir agarrándonos a las piedras y a lo que parecían raíces de un árbol sobresaliendo en el terreno. Yo continuaba liderando la fila. El ascenso finalizó en un agujero lleno de nieve, como si estuviésemos enterrados bajo algo o fuese el acceso a otra estancia o espacio. Empecé a escarbar en la nieve. Estaba fría y era muy blanca. Escarbé y escarbé hasta que me topé con una tapadera negra. La golpee. Estaba dura. Entonces él volvió a hablar y dijo, "la romperemos y la atravesaremos" y yo le contesté, irritada tanto por su presencia como conmigo misma por haberle escuchado, "no es posible subir los contenedores por ese agujero y aquí no los podemos dejar. Así que yo me vuelvo por donde he venido a donde sé que se encuentra la salida". Y entonces, desperté.


 Mis sueños siempre me han traído mensajes acerca de mi vida "real". Como hace unos días, a veces he oído voces avisándome sobre algo que luego acontecía. Un paciente que estuvo a mi cargo en el hospital, al que habían operado dos veces por diversas complicaciones y que había compartido conmigo su mundo emocional, me visitó en sueños para decirme que se moría. Dos días después "se iba". Otras veces he podido ver claramente la verdad que se escondía tras una mentira. Hasta ahora los había vivido como un juego y, en ocasiones, como una desgracia (a veces preferimos la mentira que nos permite permanecer junto a los que nos dicen amarnos). Releo el sueño y una parte de mí se parte de risa. Sonrío imaginando la cara de los médicos que recientemente me acusaban sin juicio mediante de "sermoneadora de la parroquia" y de "regañona", que no "tacañona". Si leyesen este sueño, ya directamente a la hoguera, ¡que la quemen por bruja loca!. Pero tengo el absoluto convencimiento que los sueños no son solo una realidad paralela, un multiverso desde el que experimentar, adquirir sabiduría y ser conscientes de lo que late bajo la superficie del día a día que no nos permitimos ver ni reconocer; son un camino espiritual. Una forma de anticipar la experiencia de la muerte, de saber que luego hay un viaje que continúa y que tiene moradas y callejones sin aparente salida. Que puedes aprender "aquí y ahora" lo que luego te ayudará "allí". Porque la experiencia del túnel de luz de la que hablan muchos, podría ser tan solo el primer escalón de una larga escalera de caracol...


                                                           RSB


                             Ilustración de El Libro Rojo de Carl G. Jung