"Entonces María vivió de nuevo fruto, nacido de la sola obra de Dios; pues de ella fueron el trabajo, la labranza y la siembra, pero no el fruto; y entonces alcanzó la meta de su estado, no cuando habló y buscó, sino cuando calló y se sentó". El espejo de las Almas Simples. MARGUERITE PORETE
Cresta Trotternish. Escocia Soy un bebedor de té. Un amante, un amigo, un enamorado, atado por el corazón a esa bebida de sol y de lluvia, de montes y valles felices, de brumas y de nubes, de tierra y sudor humano, de sonrisa y libertad.
Porque el té restablece el equilibrio del hombre yle permite acceder a una grandeza que lo sorprende a él mismo.Triunfa sobre sus íntimas derrotas y suprime toda veleidad de renunciar a su propio destino.
- Un aroma ligero, honesto. Natural, nada forzado. En cambio, otras rosas parecen desteñidas e hinchadas. - Ese destino le aguarda a todas las rosas, Señor. - Continúe, madame. - Todas las rosas están sujetas a los elementos. Brotan, florecen y se marchitan. La rosa crece, inconsciente del proceso, cambiando naturalmente de un estado a otro. Y aunque los elementos la traten con crueldad ella no sabe de ello y continúa, hasta el final, sin emitir juicio sobre su propia belleza. - Si una rosa pudiese hablar, ¿qué diría?. - Sí, estoy aquí, y rendí fiel servicio bajo los designios de la naturaleza; y después de mí, mis hijas estarán. ¿Puede haber mayor contribución o más noble fin?. - ¿Y qué protección puede un jardinero ofrecerle a una rosa contra las inclemencias de los elementos?. - Paciencia, cuidado...y un poco de calor del Sol. Se puede empezar por eso, Majestad.