La Rioja. Camino de Santiago. Agosto 2010.
Galicia. Camino de Santiago. Junio 2014.
Los grandes caminantes saben que la primera parte de la vida debe ser empleada en una lucha que sin retórica llamaremos trágica, contra uno mismo, contra el propio cuerpo, contra cada uno de los músculos que tensan la noche de relajado misterio, y el claro día, de espantoso y luminoso metal, de endurecida y mordiente fibra; castigado cada rincón del ánimo por un camino inclemente que en su campo de Marte recibe a héroes y heroínas, gallardas y esforzadas milicias del arte de caminar. Pero estos grandes caminantes saben que a partir de un momento -cada uno conoce el suyo-, el Camino se hace ya solo (...).
Los grandes caminantes saben que llegar a Santiago no es ya lo primordial, ni lo necesario, y que hay que saber perderse donde uno se tiene que perder. Y que a veces, de tanto vagar por los caminos, ya no son suficientes los atardeceres, los pórticos o las ermitas para dar un día por resuelto. Pues en el aburrimiento y la rutina anidan grandes encuentros. Entre el alfa y el omega, entre la salida y la llegada, se sitúan estos espacios intermedios (...), espacios o vacíos (tokonomas) entre mundos materiales y espirituales donde, según decía Epicuro, moran los dioses."
HIJOS DEL TRUENO. Mitos y Símbolos en el Camino de Santiago.
JOSE TONO MARTINEZ
ED. Evohé Didaska
(*) el subrayado no es del autor