viernes, 20 de enero de 2017

Manda Huevos!


   Ilustración de Minna Sundberg


 Mira que me lo propongo veces...¡cállate bonita que estás más...tranquila!. Pero es que me lo ponen a huevo. Yo seleccionaba los tomates más rojos mientras ellos..."erre que erre". Que si España es una mierda, que si aquí no hay ayudas 'pa ná', que si en Bélgica por cada hijo te dan..., que teniendo cuatro hijos ya ganas 2000 euros al mes y hasta casi puedes dejar de trabajar...y así, una perla tras otra; el pescadero, español, y el frutero, marroquí, "platicando" en el Ahorramás mientras yo trataba de concentrarme con inútil esfuerzo en la selección de tomates. Pero hubo un momento en que ya no pude más. La adrenalina se me agolpaba en la garganta pareciendo una bufanda roja a punto de estrangularme la laringe.
 Perdonen que me meta en esta conversación privada tan interesante pero...¿tienen ustedes hijos?. El colega español  -y no puedo por más que denominarlo "colega" después de escucharle decir, "estar chungo" "no pillar" "ser un toli" "by the face"- dice que no; el marroquí, que le saca unos cuantos años y lleva el peso de la conversación, contesta que dos. Pues permítanme decirles que yo por dos mil euros al mes no tendría cuatro hijos "ni jarta vino". ¿Ustedes saben de la responsabilidad, del esfuerzo físico, mental y emocional, por no hablar del a veces inevitable sufrimiento, que conlleva tener un hijo?. Me imagino que no pues si no no estarían hablando con tanta ligereza y superficialidad sobre cómo conseguir un sueldo a fin de mes a costa de "echar cuatro polvos bien echados". Y justo tras esa exhalación, el frutero marroquí se da la media vuelta y me deja a solas con mi monólogo y el colega pescadero. Porque no quisiera quitarles la razón en que a veces en España las prioridades gubernamentales dejan mucho que desear...¡qué digo mucho!...dejan ¡¡una eternidad que desear!!...y que los hijos son, mayormente, una bendición y una alegría, pero de ahí a pensar o decidir que un hijo ha de venir a este mundo para que uno pueda lanzarse en plancha al "dolce far niente" sin preocupación alguna que le estropee la fiesta, hay un trecho...¿no creen? -el colega pescadero se había quedado repentinamente mudo mientras sus manos parecían haberse multiplicado por tres para despacharme lo antes posible los filetes de pez espada que le había pedido justo antes de tratar de concentrarme infructuosamente en "mis asuntos propios"-. Ahora...que si ustedes tienen hijos como quien tiene un perro (*), les echan un par de veces al día de comer, les dan de vez en cuando un paseo y un golpecito condescendiente en la cabeza, y su mera presencia les hace sentirse orgullosos de una virilidad mal entendida y a salvo de una muerte segura...no seré yo quien les lleve la contraria. Y a continuación, con alivio del amigo pescadero, me fui con un quilo de tomates rojos y un par de "espadas"...a casa.

 Y es que..."MANDA HUEVOS"...COLEGA!!!!!...tu referencia soy yo, no él.


 (*) Aunque considero que un perro no es comparable a un hijo...estoy segura que mi perro estaría en 
      total desacuerdo con mi forma de simplificar su aportación a mi vida. Y no me quedaría otra que 
      darle la razón.



                                                            RSB