jueves, 19 de abril de 2018

Con los brazos abiertos


  Foto de LACS


   "Hace tiempo leí una de esas historias con moraleja:

         Hace muchos siglos , un viajero encontró en su camino a tres
    hombres que trabajaban en una cantera.

    -¿Qué hacéis, hermanos? -les preguntó.
    - Ya ves, picando piedra  -contestó el primero.
    - Doy de comer a mis hijos -dijo el segundo.
    - Construyo una catedral -explicó el tercero.

   Es una estructura literaria muy antigua. Hay cientos de cuentos e historias en los que tres personajes responden la misma pregunta, emprenden la misma aventura o aceptan el mismo reto. Siempre son tres. Y siempre hay una progresión, y el tercero es el mejor.
   Por eso no me gustó la historia. El orden está mal. Mi primer pensamiento  fue: "Pero, ¿de dónde sacan que construir una catedral puede ser más importante que dar de comer a los hijos?".
   Dar de comer a los hijos (y cuidarlos, protegerlos, amarlos, educarlos, compartir sus risas y sus llantos, y todo lo que está incluido en ese simbólico "dar de comer") es lo más importante que hacemos en la vida, es lo que le da sentido y trascendencia. Esperamos que los hijos de los hijos de nuestros hijos pueblen la tierra por siglos, por milenios, incluso cuando las catedrales hayan vuelto al polvo. Esperamos que el amor que nuestros abuelos dieron a nuestros padres puedan transmitirlo nuestros hijos a nuestros nietos, y a ser posible incrementado. Deseamos, a través del cuidado de las siguientes generaciones, añadir un granito de arena a la felicidad global del mundo.

   En este libro, Kika Baeza, médica y madre, nos habla de cuestiones técnicas sobre el parto o la lactancia, pero sobre todo nos habla de esa trascendencia, del amor que ilumina nuestras vidas, de la mano infantil que nos guía y nos rescata.

   Gracias."

                                            CARLOS GONZALEZ
                                                        -Pediatra-


         Prólogo de Carlos Gonzalez del libro escrito por Carmela Baeza 
  AMAR CON LOS BRAZOS ABIERTOS. Lactancia materna en la vida real.


   Quizás un día entendamos, también, que la progresión es un concepto lineal y ficticio que nos conduce a un "futuro mental" siempre inalcanzable. Es en la espiral donde nos recogemos o nos amplificamos sobre nosotros mismos, sin ser siempre los mismos, siendo "conscientes" de la entidad propia de cada paso, de cada etapa, de cada encuentro (*); integrando en la Catedral de nuestra Alma las pepitas de oro que iluminan nuestras vidas y -simultáneamente- la de generaciones pasadas y futuras. 
 Ser conscientes nos brindará paz pero no modificará la realidad de lo que ya es. Es la voluntad de expresar lo que ya hay en nuestro interior y vamos re-conociendo, lo que alterará nuestro mundo y nuestra experiencia de él.

 (*) y habrá encuentros cuya única aportación será el mostrarte dónde te desencuentras. Encuentros
      de los que desencontrarse y no volver a encontrarse...nunca más -porque el siempre se apuntala
      en el nunca-.


                                                            RSB