miércoles, 26 de agosto de 2020

Eso que tú me das





 Carta a un amigo:

 "...cuando era niña como me resultaba difícil expresar y manifestar a través de la palabra (¡quién me ha visto y quién me ve!) escribía mis deseos en papelitos y luego los guardaba en una caja esperando que el tiempo los regase y así pudieran dar su fruto. Hace poco encontré una de esas "cartas" (tengo la manía o costumbre, no sé si buena o mala, de guardar memoria de todo aquello que alguna vez en mi vida significó, construyó, enraizó o abrió algo dentro de mí). En ella con letra de joven de unos 17 años anoté: deseo poder permanecer junto a mi amor sin perderme yo en él. Esas palabras se referían a alguien en particular pero curiosamente o intuitivamente yo ya sabía que ese "mi amor", muy a mi pesar, iba a tener muchos nombres diferentes; a la vez que
de alguna manera también hacía referencia al Amor (con mayúscula) que se
expresaba y se expresa tanto a través de mí como a través de todo.
 A veces, en mí hasta hoy siempre, el amor nos pierde. Y cuando nos perdemos en él dejamos de ser nosotros mismos. Tú ya no eres tú. Eres tú más otros aspectos que ya no dependen de tu voluntad o tu intención. Y entonces, cuando esa situación se prolonga en el tiempo, y ves distanciarse en el horizonte el último hito conocido tratando de "tocar" a aquel o aquella que no desean ser "tocados", intentas, de forma brusca, compulsiva y descontrolada, recuperar el control de lo que una vez fuiste y ya nunca podrás volver a ser (...). Llega un momento en que el amor me pierde y yo...pierdo mi Amor en él.
Ese perderme me ha sido muy valioso en mi acompañar a otros en el dolor y
la enfermedad (son aguas en las que entro y salgo, no sin secuelas, unos días con más estilo que otros) pero no he sabido poner medida o distancia en
mis relaciones de "amistad" y de "pareja"..."

   
 Encontrar el camino del respeto hacia lo que en esencia es uno mismo y encontrar a las personas que te permitan ser y expresar ese ser sin miedo, juicio, rechazo, mentira o manipulación es un regalo que todos nos podemos permitir sin necesidad de transitar drama o enfermedad alguna.



                                                           RSB