miércoles, 29 de mayo de 2024

I could be a Florist

 



 "En este vasto universo, que a veces parece siniestro e indiferente, necesitamos la presencia y el refugio del amor para transfigurar nuestra soledad. Esta soledad cósmica es la raíz de nuestra soledad interior. Durante toda nuestra vida, la nada envuelve todo lo que hacemos, pensamos y sentimos. Es por ello por lo que nos atemorizamos tan fácilmente. El Maestro Eckhart, místico del siglo XIV, dice que toda la vida humana se encuentra bajo la sombra de la nada, la umbra nihili. Sin embargo, el amor está hermanado con el alma; es su lenguaje mas profundo y a través de él el alma se hace presencia. A través del calor y la creatividad del amor, el alma nos protege de la desolación de la nada. No podemos llenar nuestro vacío con objetos, posesiones o personas, sino que debemos ahondar más profundamente en ese vacío para encontrar, más allá de la nada, la llama del amor que nos aguarda para calentarnos.

 Nadie puede herirte tan profundamente como la persona a quien amas. Cuando admites a otro en tu vida, te abres a él. Aun después de años de convivencia, tu afecto y tu confianza pueden sufrir una decepción, ya que la vida es peligrosamente impredecible. La gente cambia, a veces de manera drástica y repentina. La amargura y el resentimiento desplazan inmediatamente el afecto y el sentimiento de pertenencia. Toda amistad atraviesa en algún momento el valle negro de la desesperación. Esto pone a prueba todas las facetas de vuestro afecto. Perdéis la atracción y la magia; los sentimientos se vuelven oscuros y vuestra presencia os resulta dolorosa. Si sois capaces de superar esa etapa, vuestro amor podrá emerger purificado y os despojaréis de la falsedad y la necesidad. Os llevará a un nuevo terreno donde el afecto puede volver a crecer. A veces una amistad se deteriora y las partes se enzarzan en una recíproca negatividad. Cuando dos personas se unen desde una posición de carencia, es como si parieran un espectro dispuesto a devorar hasta el último retazo de afecto entre los dos. Ambos pierden su esencia. Se vuelven impotentes y se obsesionan el uno con el otro. En este caso son necesarias la oración profunda y una gran dosis de atención y cuidados para reorientar las almas. El amor puede herir profundamente. El filo de la nada corta hasta el hueso. Hay también quienes quieren amar, entregarse, pero no tienen energía para ello. Llevan, en sus corazones, los cadáveres de antiguas relaciones; son adictos a las heridas porque estas les confirman su identidad. Cuando una amistad se reconoce como un don, permanecerá abierta a su propio territorio de bendición.

 Cuando amas, abres tu vida a otro; caen todas tus barreras y se pliegan las distancias protectoras. El otro obtiene permiso absoluto para penetrar en el templo más profundo de tu espíritu, por lo que tu presencia y tu vida pueden convertirse en algo suyo. Se necesita mucho valor para permitir semejante proximidad (...).

Cuando uno tenía un anam cara ("alma amiga"), la unión iba más allá de las convenciones, la moral y las formas. Uno estaba unido, de un modo antiguo y eterno, al amigo del alma, al alma gemela. Esta concepción no imponía al alma limitaciones de espacio ni de tiempo. No existen jaulas para el alma, ya que es una luz divina que penetra en ti y en el otro. Este arte del arraigo despertaba y alimentaba una camaradería profunda y especial. Juan Casiano dice en sus Conferencias que este vínculo es indisoluble: "Esto, digo, es lo que no pueden romper las circunstancias, lo que no puede cortar ni destruir ningún intervalo de tiempo o de espacio; lo que ni siquiera la muerte puede dividir"".


ANAM CARA. El libro de la SABIDURIA CELTA.

JOHN O'DONOHUE

Ed Sirio