Se acerca una nube negra. Es algo grande y pequeño a la vez. El templo va a ser trasladado y nos quedaremos sin protección. Entro en él para solicitar ayuda. Un gran rosetón ilumina el interior. Me siento en un banco y unos minutos después deposito una ramita de acebo en el altar mayor.
Al salir veo una escalera que se dirige hacia arriba en lo que parece un edificio fortificado. En los peldaños de la escalera grupos de flechas anudadas con cinta roja que portan en sus extremos plumas. Me siento aliviada. Sé que con ellas podremos superar lo que irremediablemente se nos viene encima.
RSB