sábado, 5 de septiembre de 2015

Diferente



   Foto de LACS 


 Durante muchos años quise salvar al mundo. Salvarlo del sufrimiento,
del miedo, de la devastación, del egoísmo, de la soledad...y me puse a ello. ¡Vaya que si me puse!. Pero un día -o quizá en varios- algo en mí...se apagó. Ese fuego que me impulsaba hacia delante, sin saber cómo ni por qué,
se desvaneció; y necesité, porque no fue por voluntad propia,
que me salvaran...a mí...del sufrimiento, de la devastación, del egoísmo,
de la soledad...aunque, curiosamente, no del miedo (creo que eso debo de agradecérselo tanto a mis padres como a mis vivencias de Alma).
 No habían transcurrido muchos años cuando, ante la ausencia de respuesta, decidí, in extremis, que entonces alejaría al mundo de mí. Y no es que fuese la solución que yo realmente deseaba pero me permitió mirar y descansar. Mirar con perspectiva el camino recorrido y, a la vez, descansar en lo que yo era desprovista de todo papel o toda compañía. No resultó fácil, pues,
si en verdad estás en este mundo, éste, insistentemente, no deja de llamar a tu puerta. El está en ti y tú estás en él.

 Hoy...ni quiero salvar, ni quiero ser salvada, ni quiero alejar -sí permitir
el alejamiento- y esa posición me hace sentir como si "esa sensibilidad", que tan a flor de piel tenía, hubiese desaparecido. No la percibo igual. Es diferente. Es un sentir menos reactivo, más consciente de sí mismo. A veces echo de menos ese impulso arrebatador que acompañaba mi sentir al otro 
-que no a mí misma- y despegaba mis pies del suelo (*) con la absoluta convicción de que...todo...saldría bien. Todo saldría bien porque así yo
lo veía, así yo lo deseaba y así yo lo empujaba (aunque "el otro" ni lo viese ni lo empujase). En ocasiones, creo percibir su cosquilleo...pero a continuación y sin solución de continuidad una nueva voz me recuerda que cada quien tiene derecho a ser el protagonista de su propia película (tropiece o no mil veces con la misma piedra), que un buen secundario puede ser fundamental y mucho más complejo y delicado de interpretar, que el sentido común no está reñido con la poesía  y que cuando yo necesité ayuda y esa ayuda
no se presentó de la forma en que yo la deseaba, entré en un espacio de confusión y silencio que impulsó algo desde mi interior y no desde el exterior.


 Añoro volver a ser la protagonista de mi propia película y soñar y desear
y sorprenderme y materializar, a través del fuego que alimenta mi 
pulso vital, los grandes tesoros que este mundo (estoy segura) tiene todavía reservados para mí...y para sí mismo.


 (*) porque algunos no tenemos problema de enraizamiento sino...de despegue.



                                                          RSB


pd. dedicado a los pueblos, a las personas -y me incluyo-, que aún tienen tanto por descubrir  de
      su propia grandeza. 
      

      A LACS, mi gran tesoro y...un gran tesoro para el mundo.




                                       "Donde hay voluntad hay camino"