Estando embarazada y sintiéndome perdida tuve un sueño en el que me vi rodeada de abejas. Sobre todo lo demás me quedó el recuerdo de su zumbido. Semanas después compré este cuadro y lo colgué en la habitación de la que sería...y es...mi hija. Hoy las abejas son parte de mi vida y por fin comprendo lo que aquel día susurraron en mi oído.
Los animales han habitado mis sueños desde niña porque desde niña fueron parte de la familia. No siempre he sabido escucharlos ni entender su mensaje pero ellos nunca dejaron por ello de acompañarme.
Gracias JLR y Jamie Sams por permitirme profundizar en la verdad de su mensaje.
El mundo de los telediarios y de los foros de las "grandes decisiones" es un mundo de "hombres" en el que solo se contempla al hombre como único habitante de este planeta. Es un mundo gris y en muchas ocasiones duro de sobrellevar. La economía del máximo beneficio personal -o de especie / grupo- es la piedra angular de todo el sistema. Desgraciadamente es el mundo que a veces veo en el hospital y también...fuera de él.
El sufrimiento real o la percepción subjetiva de sufrimiento coloca al ser humano en una posición de aislamiento con respecto a lo que le rodea. Unicamente existe él -como ser doliente- y aquello que motiva su dolor (*).
La pérdida de control sobre su mundo, el miedo a lo nuevo por llegar,
la posibilidad de ejercer poder sobre otros, la falta de autoestima o ausencia de valores personales y el instinto de supervivencia son fuerzas poderosas que pueden -y digo pueden porque por fortuna muchas veces no es así- transformar al hombre en un animal peligroso e imprevisible -incluso
para sí mismo-.
No nacimos para sufrir pero la felicidad conlleva un precio que muchas veces no se está dispuesto a sufragar -el que no tiene compasión de sí (**) con dificultad se vivirá com-pasión en otros-.
profesional.
(**) compasión de sí no es lo que se entiende por autocompasión.
RSB
La Medicina a la que se alude en mayúsculas en este libro es cualquier cosa que mejore la conexión entre uno mismo, el Gran Misterio y la Vida en todas sus formas y manifestaciones. Esto incluye la curación del cuerpo, de la mente y del espíritu. Medicina es cualquier cosa que infunda fuerzas personales, resistencia y conocimiento. (...)
Cuando se convoca el poder de un animal, se está pidiendo ser absorbido en total armonía con la fuerza esencial de ese ser. Obtener conocimiento de estos hermanos y hermanas del reino animal es un proceso de curación al que uno se debe aproximar con humildad e intuición. Son lecciones que enseñan cómo ser humano, ser vulnerable y buscar la plenitud en todo lo que es. Son una parte del sendero de la vida. El poder se halla en la sabiduría y en la comprensión del papel que cada uno tiene en el Gran Misterio, y en honrar a cada ser viviente como a un gran maestro. (...)
El espíritu de un aliado de poder puede a veces elegir entrar en la conciencia de una persona que ha seguido el Camino de la Medicina durante muchos años y ponerse a su lado para ayudarle durante el proceso de sanación. (...) Cuando se aprende a hacer un llamamiento a la Medicina de cualquier persona, animal o fuerza natural, es preciso mantener una actitud reverente y estar dispuesto a aceptar ayuda. Los niños indios saben, cuando se han perdido, que pueden invocar la Medicina de sus padres. Esto le dará al niño la fuerza de los padres aunque no estén presentes físicamente. Los padres sentirán la llamada de necesidad del niño y muchas veces podrán ver físicamente a través de los ojos de su hijo y determinar su situación. Es un tipo de poder que nace de la idea de la unidad y de que cada ser guarda en su interior una parte de todos los demás.
El silencio de una mente sosegada es la fertilidad sagrada del espíritu receptor.
LA RUEDA MEDICINAL. Jamie Sams y David Carson. Ed. Integral.
