lunes, 21 de septiembre de 2015

Simbiogénesis


                                                  Foto de Desconocido



 Definición de Simbiosis:

 De syn, "juntos", y biosis, "vivir",

 El botánico alemán Anton de Bary , quien en 1879 acuñó el término para describir la estrecha relación entre organismos de diferente tipo, definió la simbiosis como "la vida en conjunción de dos organismos disímiles, normalmente en íntima asociación, y por lo general con efectos benéficos para al menos uno de ellos".
 Desde la perspectiva de los costos y los beneficios que obtienen cada uno de los participantes, las relaciones simbióticas en la naturaleza pueden clasificarse como de mutualismo, comensalismo y parasitismo. En el mutualismo ambas especies se benefician; en el comensalismo la relación es beneficiosa para una de ellas e indiferente para la otra; y en el parasitismo la relación es positiva para una, aunque perjudicial para la otra. El parasitismo está profusamente extendido en la naturaleza. En algunos casos puede ser el primer estadio de un proceso continuo que conduciría al mutualismo. Este primer estadio simbiótico es el más inestable, dado que "el éxito del parasitismo radica en la acomodación y en la supervivencia". En cualquier momento estas asociaciones pueden disolverse, sus miembros pueden cambiar e incluso destruirse entre sí, o simplemente perder a su simbionte. (...) El máximo grado de integración simbionte y más radical sería aquel en el que las uniones desembocan en la transferencia de material genético y la consecuente fusión de los simbiontes, conformando a partir de ello un nuevo individuo. Material genético de uno de los simbiontes pasa a integrarse en el genoma del otro, surgiendo un individuo nuevo que integra a sus simbiontes. Este estadio es conocido como simbiogénesis. Los casos más trascendentales de este tipo de simbiosis extrema fueron los procesos simbiogenéticos que originaron los eucariotas. La capacidad de respirar oxígeno como consecuencia de la adquisición de las mitocondrias propició el origen de los animales, y la capacidad fotosintética adquirida posteriormente con los cloroplastos originó el reino vegetal. En ambos casos, mitocondrias y cloroplastos tienen su origen en bacterias de vida libre. Los descendientes de estas bacterias aún se encuentran entre nosotros.

 Los procesos simbióticos, plausiblemente, seguirían estos pasos: un individuo entraría en contacto con otro individuo o grupo de individuos y en principio esa relación podría ser parasitaria pero, con el tiempo, ambos individuos podrían llegar a una relación mutualista; el hospedador encontraría ventajas en las características y especialidades del hospedado. De no llegar a este punto la selección natural no favorecería esta relación, disminuyendo paulativamente el número de estos individuos en el conjunto de la población; por el contrario, una relación fructífera se vería favorecida y los individuos implicados proliferarían. La simbiosis desde la óptica evolutiva podría considerarse como un proceso en el que los simbiontes van estrechando su relación. Dependiendo de las características de la simbiosis y de los simbiontes que la integran, esta relación podría alcanzar su máximo grado de integración: la simbiogénesis.

 Margulis sostuvo que la vida no se asemeja a un juego de suma cero (como postulaba Darwin) en el que uno gana y otro pierde. En la simbiosis, ambos ganan, y tampoco estas relaciones tienen necesariamente que prosperar a costa de otros individuos (en el caso de las eucariotas con la adquisición de mitocondrias capaces de metabolizar el oxígeno no prosperaron a costa del resto de las bacterias, por ejemplo, a costa de las bacterias metabolizadoras de azufre. El número de bacterias siguió prosperando a pesar o favorecidas por la gran expansión de las eucariotas). Las relaciones simbióticas son relaciones sinérgicas en las que los individuos que aprenden a convivir mutuamente se benefician de un efecto multiplicador.



 "Los seres vivos desafían a una definición precisa. Luchan, se alimentan, danzan, se aparean y mueren. En la base de la creatividad de todas las formas de vida familiares de gran tamaño, la simbiosis genera novedad. Reúne diferentes formas de vida, siempre por alguna razón. Con frecuencia, el hambre une al depredador con la presa, o a la boca con la bacteria fotosintética o la víctima algal. La simbiogénesis reúne a individuos diferentes para crear entidades más grandes y complejas. Las formas de vida simbiogenéticas serían incluso más improbables que sus inverosímiles "progenitores". Los "individuos" permanentemente se fusionan y regulan su reproducción. Generan nuevas poblaciones que se convierten en individuos simbióticos multiunitarios nuevos, los cuales se convierten en "nuevos individuos" en niveles más amplios e inclusivos de integración. La simbiosis no es un fenómeno marginal o raro. Es natural y común. Habitamos un mundo simbiótico.

                                                         Lynn Margulis, Planeta simbiótico.



 Los científicos han descubierto que las bacterias, además de ser unidades básicas estructurales de la vida, también se encuentran en todos los demás seres que existen en la Tierra, para los que son indispensables. Sin ellas, no tendríamos aire para respirar, nuestro alimento carecería de nitrógeno y no habría suelos donde cultivar nuestras cosechas. Sin los microorganismos, los procesos esenciales para la vida se pararían lentamente y la Tierra sería tan estéril como Venus o Marte. Los microorganismos no han quedado rezagados en la escala evolutiva; al contrario, nos rodean por todas partes y forman parte de nosotros. Además, el nuevo conocimiento de la biología altera la visión que muestra la evolución como una competición continuada y sanguinaria entre individuos y especies. La vida no conquistó el planeta mediante combates, sino gracias a la cooperación. Las formas de vida se multiplicaron y se hicieron más complejas asociándose a otras, no matándolas.


                                             Lynn Margulis, Una revolución en la evolución.




                                                                                              WIKIPEDIA
                                                                                                                     



 Hay de los que prefieren negar su biología dejándose arrastrar por ella o estableciendo una lucha sin cuartel. Hay de los que se aferran a ella como un salvavidas que les protege de todo suceso inexplicable o fortuito y les conduce a un futuro predecible y seguro. Existe la combinación de ambos (los que parecen una cosa pero también son la otra 
-dependiendo de las circunstancias-). Pero también están los que cabalgan...los que cabalgan sobre ella y eligen y están...siendo...y honrando...el Ser de su Espíritu.

 La simbiogénesis es un acto voluntario de fusión que exige el consentimiento pleno de ambas partes. 




                            Lo que mis ojos no ven 

                                                               ...mi Sueño...
                                                                                    lo muestra.



                                                 RSB



                    Uno más uno es "Uno" o Tres. Nunca dos.


  ...por el amor el Padre Celestial y la Madre Terrenal y el Hijo del Hombre se hacen uno. Pues el espíritu del Hijo del Hombre fue creado del espíritu del Padre Celestial, y su cuerpo del cuerpo de la Madre Terrenal. Haceos, por tanto, perfectos como perfectos son el espíritu de vuestro Padre Celestial y el cuerpo de vuestra Madre Terrenal. Y amad así a vuestro Padre Celestial, igual que El ama vuestro espíritu. Y amad así a vuestra Madre Terrenal, igual que ella ama vuestro cuerpo. Y amad así a vuestros verdaderos hermanos, igual que vuestro Padre Celestial y vuestra Madre Terrenal les aman. (...) Y será entonces la Tierra como los Cielos, y vendrá el reino de Dios. (...). Pues los Hijos del Hombre viven en el Padre Celestial y en la Madre Terrenal, y el Padre Celestial y la Madre Terrenal viven en ellos. (...) El Amor es más fuerte que la Muerte.



   EVANGELIO DE LOS ESENIOS Vol I. Traducción E. Bordeaux Székely.




                                                
¿Y si durmieras?
                                                ¿Y si en tu sueño
                                                soñaras?
                                                ¿Y si al soñar
                                                fueras al cielo
                                                y allí cogieras una extraña y bella flor?
                                               ¿Y si al despertar
                                                tuvieras la flor en tu mano?
                                                Ah, entonces, ¿qué?.
 



                                                     SAMUEL TAYLOR COLERIDGE